Vivimos tiempos distópicos, eso ya lo habrán oído. Tiempos en que el cine de ciencia ficción se parece a la vida como un huevo a otro. Pero los protagonistas de estos filmes no se ‘achican’ ante la tragedia, la encaran. Incluso en las peores condiciones imaginables.

Imagínense en Bacurau, una aldea rural en mitad de Brasil, un lugar donde el agua se ha convertido en el oro blanco y una banda armada, asociada con el alcalde, ha puesto un dique para controlar su suministro. 

Obligados a sobrevivir a cualquier precio, los vecinos de esta comunidad se unen para conseguir un camión cisterna, mientras su alcalde reparte en su camión con aire acondicionado libros, comida caducada y calmantes muy adictivos con el fin de mantener su apoyo.

En Bacurau a la gente no se le toma el pelo. Viven atados a sus smartphones y sus tablets aun sedientos, pero el espíritu de resistencia es lo que impera. De unión. De cuidado común. Si no que se lo pregunten a Dominga (la genial Sônia Braga), doctora alcohólica y una institución moral en el pueblo.

Así, en pocas palabras, puede trazarse el mapa de Bacurau, obra de los directores brasileños Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles, un thriller extraño que mezcla el western y la distopía, y que sigue la senda de películas como Parásitos, asestando un duro golpe a la globalización.

Ahora que los cines han cerrado sus puertas en gran parte de los países a causa del Covid-19, se han puesto en práctica otras formas de consumir películas de estreno sin tener que pasar por la taquilla física.

Kino Lorber, la distribuidora estadounidense de Bacurau, no se ha quedado atrás y ha creado un programa para emular lo más posible la experiencia de la gran pantalla, permitiendo al público apoyar a sus cines locales pagando para ver la película digitalmente.

“Todos hemos sido empujados a un nuevo y valiente mundo del cine”, dijo su presidente y director ejecutivo, Richard Lorber. “El público puede seguir asistiendo a las películas recién estrenadas y los cines pueden seguir vendiendo entradas para grandes experiencias cinematográficas en línea”. 

De esta forma, la distribuidora trata de salvaguardar el cine independiente y a sus creadores con una iniciativa que invita a los cinéfilos de todo el país a poner nuestro grano de arena y apoyar la cultura, a la vez que sumergirnos en historias como la de Bacurau. A fin de cuentas, confinados en nuestras casas la mejor manera de viajar es a través de la ficción.