Imaginen a la patrulla de fronteras tratando de sacudirse de encima a una horda de zombis hambrientos que trepan alambradas y se cuelan por las grietas más chicas del muro al otro lado de Estados Unidos. Y no, no son migrantes víctima de una nueva arma bacteriológica, sino soldados estadounidenses convertidos en conejillos de indias de un experimento fallido para volverlos más violentos. Zombis mutantes con formación militar, así es.

 Y los únicos que tal vez puedan detenerlos, porque precisan salvar su vida, son un jefe del Narco (Sergio Peris-Mencheta) y su hijo (Nery Arredondo). 

Producida por las Mexicanas Dynamo y Red Creek Productions, la nueva serie “Narco vs Zombis”, que llegará en 2020 a Amazon Prime, es una rara y algo caótica mezcla de ciencia ficción, horror y acción a la que, de entrada, le falta algo del sustrato político y simbólico de series y películas de zombis como “Walking Dead” o “Fear The Walking Dead”- su versión fronteriza-, e incluso de la mítica “La noche de los muertos vivientes” (1968).

Porque los zombis, les guste o no, simbolizan el peor control y adocenamiento social: 

Sin patria ni domicilio. Sin habla. Sin sentido de comunidad, aunque sean gregarios. Consumen vorazmente, pero su hambre jamás será saciada. Son nuestro reflejo deshumanizado, llevado al extremo.

La serie de ocho episodios escrita y producida por Nicolás Entel (“Pecados de mi padre”) y Miguel Tejadas (“Screamers”) y dirigida por Rigoberto Castañeda (“Diablero”) sigue bebiendo de los elementos recurrentes de las series y películas de acción que tiene como escenario la frontera: los cárteles y el control militar, un abandonado centro de rehabilitación…

Pero, de entrada, no descubre nada nuevo más allá de tratar al Narco con simpatía… Flaco favor. 

Las productoras mexicanas juegan también al “sicariato” para comercializar un mega lanzamiento que aterrizará en 200 países. 

En “Narco vs Zombies”, el actor español Sergio Peris-Mencheta (“Snowfall” y “Rambo: Last Blood”) interpreta al jefe de la droga Alonso Marroquín, que escapa de una prisión de máxima junto a su hijo Lucas y encuentra refugio en Paradiso, un remoto centro de rehabilitación en la frontera de Estados Unidos con Mexico. En tanto que los soldados-zombi resultantes del experimento militar atacan al equipo SWAT que va en busca de los Marroquín. Y empieza una guerra entre Narcos con cerebro y humanidad y militares estadounidenses alertados de la amenaza de los infectados contra una multitud de zombis mutantes y hambrientos.

Si ya habíamos escrito antes sobre la obsesión de Hollywood con los capos latinoamericanos y la popularidad de figuras como Pablo Escobar gracias a plataformas como Netflix, las productoras mexicanas juegan también al “sicariato” para comercializar un mega lanzamiento que aterrizará en 200 países incluidos los latinoamericanos. Y si a eso le unimos que el español Peris-Mencheta interpreta a un capo mexicano en una serie rodada, dirigida y producida por mexicanos, ya podemos hablar sin temor de que la globalización –salpicada de estereotipos y miradas sesgadas y convenientes- es la única que cruza sin problemas de un lado al otro del muro.