Temblores y mitos: El terror mexicano vive su época dorada
Tras el éxito de “Feral”, el director Andrés Kaiser prepara un filme inspirado en los aspectos más oscurosos y tenebrosos de la religión católica en México.
Solo la época y el lugar donde Kaiser escogió ambientar su último proyecto, “Precious Blood”, son suficiente para que nuestra imaginación vuele a rincones nada cómodos.
Un convento en el Mexico del siglo XVIII. Un sacerdote enviado a investigar unos crímenes excepcionalmente extraños ocurridos en una de las iglesias. Y un único testigo: una monja que afirma estar en contacto directo con el diablo y que tiene horripilantes visiones.
“Precious Blood” no es una película anticlerical, pero sí ahonda en los peligros de tener una mente estrecha y fervorecida no solo para uno mismo, sino para quienes le rodean.
Así lo explicó Andrés Kaiser a Variety:
“Veo horror en la religión. Viene de algo muy primario, el sentimiento de que estamos solos en el mundo y tenemos que inventar mitos de la creación y doctrinas morales para justificar qué nos hace ser ‘nosotros’ y qué vendrá después. Todo esto es el reflejo de nuestro horror interno”, declaró el director.
Igual que hiciera en “Feral”, su anterior filme con el que consiguió el éxito internacional, Kaiser vuelve a tratar temas muy arraigados a la cultura Mexicana.
“No soy una persona religiosa, pero la vida de todos nosotros está fuertemente influenciada por la religión”, añadió.
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“Los políticos organizan sus parlamentos y dictan leyes basándose en la doctrina religiosa. No estoy en contra de la religión pero, dado que las creencias de los individuos afectan a los otros, creo que deberíamos tener mucho más cuidado con ella”.
Mexico es un país de contadores de historias. Tan solo se necesita echar un vistazo a las nuevas hornadas de escritores para percibir cómo las tradiciones del país y los mitos arraigados a la cultura y las familias siguen presentes en su literatura, con ejemplos tan espléndidos como Eduardo Ruiz Sosa o Fernanda Melchor.
Y el cine, capaz de crear otro tipo de intriga a través de las imágenes, el montaje y el sonido, también ha vuelto la mirada hacia abajo: a las raíces. O incluso a ese infierno cuyas puertas, creen algunos, se ocultan en lo profundo del bosque, en una capilla abandonada o bajo la cuna de un recién nacido.
El año 2019 empezó con “Belzebuth”, de Emilio Portes, una película a caballo entre el terror y el cine negro, que se ambientaba en una Tijuana pasada de corrupción y violencia donde un detective (Joaquín Cosío) debía investigar una serie de crímenes sobrenaturales.
“Veo horror en la religión. Viene de algo muy primario, el sentimiento de que estamos solos en el mundo” - Andrés Kaiser
De factoría Hollywoodiense pero inspirándose en la leyenda Mexicana de “La Llorona”, el esperadísimo estreno del año dejó a muchos en ese México acostumbrado al mito con la lágrima en el ojo. No se sabe si de pena o de risa. Desde luego, no de miedo.
Tal vez se pregunten cómo hubiera sido su versión patria. De hecho, las hubo. Y de argumentos muy variados: Está “La Llorona” original de 1960, donde el hijo primogénito de una familia mexicana es acosado por el espíritu plañidor; una segunda parte en el 1961 conocida como “La Maldición de La Llorona”, donde una mujer quiere adueñarse de los poderes de este ser sobrenatural, y la terrorífica “Kilómetro 31”, de 2006, que es una mezcla entre la leyenda de la Chica de la Curva y la Llorona.
Mientras esperamos que “Precious Blood” aterrice en los cines en 2022 -empezará a producirse el próximo año y su director todavía está perfilando el guión-, el cine de terror mexicano ofrece algunas historias de pesadilla para cavar un hoyo profundo en la tierra y meter la cabeza dentro o esperar a ver qué sale de él.
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