Conciliar dos mundos aparentemente tan diferentes como el arte y la ciencia no es sencillo, aunque la imaginación sea parte esencial de ambos. 

¿Cómo entender la teoría de cuerdas o la mutación genética si no puedes pensarlas también en términos abstractos? ¿Qué hay que se parezca más a un Pollock que una supernova?

A principios del años 2000, Paulinho Moska, compositor y músico brasileño, conoció a través del también artista y amigo Jorge Drexler a Pablo Casacuberta, uno de esos ‘Da Vinci’ maravillosos que realizan muchos tipos de arte. Moska y Casacuberta empezaron a viajar por todo el continente americano para crear una serie documental titulada Zoombido con la que exploraban los procesos de composición musical.

Seis años después y con más de dos centenares de episodios a su espalda, ambos artistas aún querían seguir viajando y descubriendo música y decidieron aprovechar sus viajes para ir en busca de científicos latinos que les explicasen de qué forma está cambiando el mundo.

Y algo más… Cada vez que recalaban en un país, Moska componía una canción sobre una idea científica e invitaban a un autor del lugar, incluidos artistas visuales y tatuadores, para mostrar las personalidades artísticas de Latinoamérica, contó Moska a Reporte Índigo. 

El proyecto, que iniciaron en 2017, era muy innovador y una buena prueba de los puentes que se tienden entre disciplinas. El problema fue que ni las productoras y televisiones científicas se interesaban por el arte ni las dedicadas al arte entendían por qué debían hablar sobre la ciencia. 

Los rechazos se sucedieron hasta que al fin HBO se decidió a adquirir Tu Casa es Mi Casa, una miniserie documental en la que recorren 12 países latinoamericanos a través de episodios de una hora y que incluía al menos una docena de nuevos tatuajes en el brazo izquierdo de Paulinho Moska a modo de diario de viaje.

“Todos los domingos aterrizábamos en un país, el lunes teníamos el día para caminar por la ciudad y plantear las cosas, sí había una preproducción, de dónde íbamos a grabar, los cafés, los museos, las plazas, y había productores locales que ya habían preproducido estas locaciones”, explicó el brasileño. 

Para Moska, la grandeza del proyecto, en el que participan músicos y artistas como Ximena Sariñana o Fernando Llanos, es que muestra una Latinoamérica diferente a la que se conoce y abre una ventana a otras culturas y costumbres. 

“La idea es abrazar la ciencia, a Latinoamérica, el arte y al pueblo”, concluye.