El mexicoamericano que ayudó a convertir a Selena en una estrella
La muy en boga serie de Selena desplaza el foco hacia la importante figura de este presentador tejano más allá de su show con la actriz en The Johnny Canales…
Muchos son los espectadores actuales de la serie de Netflix sobre Selena Quintanilla, icónica cantante pop mexicoamericana y reina indiscutible de la música Tejana, repleta de glamour, empoderamiento y raíces. Lo que tal vez por un tema de edad menos conozcan es que la secuencia mostrada en el tercer episodio en el que la actriz acude a “The Johnny Canales Show” en realidad también recrea un momento histórico de la televisión americana en 1985, la primera ocasión en la que se emitía en vivo con audiencia desde México.
Así es como el revival de esta mítica actriz permite desplazar el foco a quien originalmente se lo prestara, cerrando así un círculo histórico de reconocimiento en el que se mezclan ficción y arte. Y es que si la fama de Selena brilla como una estrella es gracias a que hubo gente en esas décadas trabajando para que hubiera un escenario a modo de firmamento. No sólo permitió a muchos artistas despegar en un crudo panorama, sino que fue Johnny quien cultivó el apodo de reina del Corpus Christi en una aparición posterior, en 1994, el año que fue asesinada.
Johnny Canales nació en General Treviño, México, en 1947 y tras servir en el ejército empezó a colaborar en una radio musical hasta que obtuvo su propio show en 1983. En él aparecieron sin muchos prejuicios de la televisión de entonces artistas como La Mafia, La Sombra de Chicago, La Sonora Dinamita o Los Tigres del Norte.
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El programa fue un éxito en México y Estados Unidos durante la década de los ochenta y duró hasta 1996. Fue precisamente el programa con Selena en Matamoros el primero que se emitió para los estados marcando así un hito de la televisión nacional.
La relación entre ambos era muy buena, siendo invitada varias veces al programa, hasta 1994 cuando con veintitrés años la superestrella tejana era asesinada por su mayor fan, Yolanda Saldívar, presidente de su club de fans, cuando estaba en la cima de su carrera y pensaba expandir su cadena de boutiques. El homicidio, tras una pelea motivada por la malversación de Yolanda, causó una gran conmoción en la comunidad estadounidense y mexicana por la muerte de un icono de la multiculturalidad.
Sin embargo, debemos recordar que su sueño intercontinental fue posible por unos profesionales y una audiencia que ya desde los ochenta reclamaban esa clase de artistas. Y, por encima de todo, a los que proporcionaron un escenario con el que mantener vivo un sueño méxico-americano desde entonces.
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