No es ninguna novedad escuchar que las latinas no cuentan con diversidad en sus personajes en los medios de entretenimiento popular. 
En la televisión tenemos a las sexy trabajadoras domésticas Ana Ortíz y compañía en Devious Maids, y a la sexy ‘tetas con patas’ Sofía Vergara en Modern Family. En las películas, tenemos a las sexy ‘badasses’ Zoe Saldana en Colombiana y a Michelle Rodriguez en Machete y los filmes de Resident Evil. Tenemos a prostitutas y a bailarinas exóticas sexy también, como Rosario Dawson y Jessica Alba en Sin City 1 y 2. Contamos con Eva Mendes como la quitamaridos sexy en la película en The Women, y en años pasados, a Eva Longoria como la esposa sexy que arruina su propio matrimonio en el popular programa de televisión Desperate Housewives. 
Por supuesto que no hay nada de malo con ser sexy, pero la enorme redundancia del párrafo anterior debería ponernos a pensar en las latinas y su representación en la pantalla chica y grande. Un estudio reciente de la Escuela Annenberg de Comunicación y Periodismo de la Universidad de California es motivo para examinar esa representación. 
El estudio sobre la raza y la etnicidad en 600 películas populares, realizado por Stacey Smith, Katherine Pieper y Mark Choueiti, reportó que mientras es más probable que se le ofrezca un rol a una actriz latina que actrices de cualquier otra etnia, a ninguna otra raza/etnia se le pide desempeñar papeles de manera tan sexualizada. 
"La desnudez o el exponer piel del pecho hasta la región media del muslo superior, varía según la raza/etnia”, según el informe. “Un 37,5 por ciento de las actrices hispanas muestran un desnudo parcial o completo en la pantalla, el porcentaje más alto que en cualquier otra raza/etnia". 
Además el informe encontró que el 36,1 por ciento de las mujeres latinas tienden a portar ropa sexualizada, en comparación con el 32,2 por ciento de las mujeres blancas; el 24,6 por ciento de las mujeres negras; el 23,6 por ciento de mujeres asiáticas, y el 26,1 en otras razas/etnias. 
Otros resultados evidencian que el 37,5 por ciento de las mujeres latinas realizaron un desnudo parcial o total, en comparación al 31,9 por ciento de mujeres blancas; el 23,5 por ciento de mujeres negras; el 18.2 por ciento de mujeres asiáticas, y el 21,7 por ciento en otras razas/etnias. 
Ya que estos números no necesariamente se correlacionan con el atractivo (de acuerdo al informe sólo el 11,1 por ciento de estos personajes en pantalla se identifican como "atractivos" o "calientes"), los resultados indican que dichas representaciones están ligadas a las limitaciones y estereotipos culturales. 
Esto último se ve corroborado por otra constatación del informe —que los hombres latinos son también los más propensos, que cualquiera otra razas/etnias en el estudio, de ser representados en ropa "apretada, seductora o reveladora". 
El estudio reportó además sobre la representación en papeles ‘con diálogo’ (aquellos en los que un "ser vivo" dice más de una palabra mientras está en pantalla) a través de las 100 películas más taquilleras de 2013. 
Se evaluaron 3.932 roles con diálogo, de los cuales el 74,1 por ciento fueron desempeñados por blancos; el 14,1 por ciento por negros; el 4,9 por ciento eran latinos; el 4,4 por ciento eran asiáticos; el 1,1 por ciento del Medio Oriente; menos del 1 por ciento nativo americanos o nativos de Alaska, y el 1,2 por ciento eran de "otras" razas o grupos étnicos. 
Ya que en Estados Unidos el 16,3 por ciento de la población total es latina, "los hispanos son claramente el grupo racial/étnico más ignorado de la industria del cine”, según el estudio.
La industria del entretenimiento básicamente está diciendo a actrices latinas: cállate y desnudate. Si quieres estar en pantalla es así como te vemos. 
Es hora de que el público latino —que compra el 25 por ciento de las entradas de cine y que cuenta con mil millones en poder adquisitivo— exija un cambio, y así, abra nuevos horizontes a las actrices latinas.