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Un hombre-árbol con tantas anillas en su tronco como la historia de la humanidad. Photo: Wikipedia
Un hombre-árbol con tantas anillas en su tronco como la historia de la humanidad. Photo: Wikipedia

Las raíces puertorriqueñas de Groot, el superhéroe “sagrado” de Marvel

Hasta ahora todo el mundo tenía al personaje de Guardianes de la Galaxia por un árbol alienígena de buen corazón, pero su simbología es mucho más profunda.

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La Abuela Estela lo supo desde el momento en que lo vio en televisión. “Eso es una ceiba”, le dijo a su nieto. Sí, el árbol más sagrado de los indios taínos. Estela es uno de los personajes que aparecen en el cómic Guardianes del Infinito #3, donde el amoroso hombre-árbol Groot, que nos enamoró a todos desde su aparición en la película MCU Guardianes de la Galaxia, aparece acompañando a la Cosa en un viaje por Nueva York.

Según informa ScreenRant, durante ese viaje en que la Cosa muestra a Groot la belleza de la ciudad en donde nació, el malvado villano Plantman ataca el autobús en el que viajan y la pelea salta a los medios. Es justo en ese momento en que, Estela dueña de un restaurante puertorriqueño, identifica a Groot como el árbol que contiene los espíritus de los antepasados taínos de Puerto Rico que murieron en la colonización.

El autor de la historia, Edgardo Miranda-Rodríguez, quiso darle al superhéroe mitad alien y mitad vegetal una herencia taína, al igual que ocurre con la Cosa, que tiene ascendencia judía e incluso hay un guiño al mítico golem, la criatura de arcilla animada por un rabino para que sea su sirviente -sólo que al final se revela contra su creador.

Miranda-Rodríguez investigó mucho para darle un pasado mítico a Groot como la ceiba, el árbol que ha tenido una parte esencial en los mitos y leyendas no sólo de los indios taínos sino de la cosmovisión maya y, en realidad, de gran parte de mesoamérica. De hecho, Groot es de Ponce, donde se encuentra el conocido Parque de la Ceiba, en Puerto Rico. 

Pero el cómic además tiene otro trasfondo activista, ya que la Abuela Estela resulta ser la verdadera heroína de la historia, reforzando el papel de los ancianos y su sabiduría en tanto que guardianes del pasado, al igual que los árboles, esos otros viejitos milenarios de los cuales sí elogiamos su edad aunque no ocurra así con los abuelos. 

Las raíces sagradas de un héroe

Con un porte colosal -la ceiba puede llegar a medir 70 metros y se encuentra en numerosas selvas tropicales-, este árbol es el origen de muchas historias y aparece en películas como Avatar,  donde existía un árbol matriz o de las almas. 

Su simbología es muy antigua y de origen maya, donde se cuenta que el primer hombre nació bajo sus ramas y ellas sostienen el cielo mientras que sus profundas y enormes raíces penetran hasta el inframundo. 

Por ello no resulta extraño que numerosos países lo tengan como emblema, ya que no sólo es el árbol más simbólico de Puerto Rico, sino que se venera también en Cuba, en Guatemala e incluso está presente en la bandera de Nicaragua. 

Sin embargo, Groot es taíno -mitad alienígena y mitad puertorriqueño, como recuerda la Abuela Estela-, y bajo su copa se oculta una de las leyendas más hermosas y a la vez trágicas de la isla y su pasado colonial. 

Cuentan que Guanina, la hermana del cacique Agüeybaná, se enamoró del español Cristóbal Sotomayor, que era alcalde y fundador del pueblo de Sotomayor, en Puerto Rico. Pero el español no era el único que estaba enamorado de ella, también lo estaba Guarionex, un indio que encabeza la lucha de los taínos contra los colonizadores porque estaban hartos de sus abusos. 

El resultado de la batalla fueron las muertes de Sotomayor y Guanina, a los que enterraron bajo una ceiba. Desde entonces suele decirse que el murmullo que se oye cuando el viento mueve las hojas de la ceiba son los amantes que cantan y celebran su eterna unión. 

Aún había más creencias arraigadas a la ceiba. Como que era portador de energía, ya que refugiaba a todos los espíritus de la selva, y los taínos colocaban las manos o la frente apoyadas en su tronco para obtener fuerza y resistencia. Los indios también creían que podían hacerle consultas como una suerte de oráculo y que si dormían bajo ella tenían sueños proféticos, ya que comunicaba el “arriba” con el “abajo”.