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El Centro Cheech Marin para el Arte, la Cultura y la Industria Chicana se inaugurará el próximo 2021. Photo: The Cheech Center.
El Centro Cheech Marin para el Arte, la Cultura y la Industria Chicana se inaugurará el próximo 2021. Photo: The Cheech Center.

Cheech Marin, una mezcla de ‘Da Vinci’ y Búfalo Pardo

Coleccionista de arte chicano, defensor de la legalización del cannabis y cara habitual de las comedias familiares, El Cheech lleva su activismo a otro nivel.

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Comparar al actor Cheech Marin con el abogado Óscar Zeta Acosta, el Robin Hood de los chicanos, puede ser arriesgado. 

Sobre todo por la vida de excesos de Acosta que él mismo reflejó en su autobiografía y en la que el periodista gonzo Hunter S. Thompson se inspiró para crear Miedo y Asco en Las Vegas -aunque Thompson agarró del Brown Buffalo mucho más que eso.

Ambos representan diferentes formas de lucha por los derechos del pueblo chicano; ambos son incorregibles en un sentido bastante ‘punk’ y salvaje, llevando su activismo a un nivel más amplio y psicotrópico, pero también humanista. 

Acosta legó a la comunidad (y al mundo) algunos libros maravillosos, entre ellos La Revuelta del Pueblo Cucaracha, y Cheech Marin ha hecho de la actuación y el sentido del humor el mejor legado para visibilizar a los latinos en el cine fuera de todo cliché. 

Este es el aspecto del Cheech que más me interesa, su condición de latino que no se casa con estereotipos, ni negativos ni aparentemente “positivos” aunque moralizantes.

Lo mismo participa en una comedia familiar como The War with Grandpa, que se estrenará este viernes 9 de octubre y está protagonizada por Robert De Niro y producida por la latina Rosa Morris-Peart, que se pone las lentes de experto en arte y nos regala la mayor colección de arte chicano reunido que se conoce -de hecho, el Centro Cheech Marin para el Arte, la Cultura y la Industria Chicana se inaugurará el próximo 2021. 

“Los museos son el último sello de la aceptación cultural", Cheech Marin.

Si Umberto Eco disertaba en Apocalípticos e Integrados sobre la baja y la alta cultura, el Cheech y Acosta son puentes que las comunican mostrando un caleidoscopio de experiencias, intereses y contribuciones chicanas de lo más diverso.

“Los museos son el último sello de la aceptación cultural", dice Marin, un ‘Da Vinci’ manejándose entre disciplinas, en un documental titulado “The Cheech” y donde defiende que el arte chicano es arte americano y que los artistas no pueden ni deben ser clasificados. 

El ‘wild side’ de una estrella

Hay muchas formas y esferas en las que ser político en esta vida, pero la risa siempre resulta el mejor modo de introducir temas que pueden ser complejos. 

Cuando Cheech & Chong empezaron a hacer humor en clubs de los 70’ y luego lanzaron su carrera cinematográfica como dúo, el tema del consumo de marihuana y el estilo de vida hippie estaba en el centro. 

Tommy Chong y Cheech han luchado desde siempre por el derecho al cannabis por muchos motivos, pero uno particularmente interesante: las desigualdades raciales y los estereotipos negativos que hay en relación a la marihuana, y que siguen prevaleciendo hoy. Los datos demuestran que la simple posesión de marihuana es la cuarta causa más común de deportación en las comunidades latinas. 

Cheech&Chong crearon un precedente, según explica Tommy Chong en una entrevista con Cannabis&Tech Today:

"Lo que Cheech y yo hicimos es cambiar la percepción de los latinos para siempre. La cambiamos", dijo el activista, escritor, actor y director en referencia a sus personajes, que tranformaron de algún modo el estereotipo ofensivo y pandillero de los latinxs que se veía con frecuencia en los medios de comunicación. 

"Ahora, la gente mira a los latinos y ven a Cheech y miran a los hippies y me ven a mí. No sólo somos inofensivos, sino que ayudamos a la gente", concluyó. 

Atruenan con fuerza las palabras que el Búfalo Acosta dejó escritas en su biografía: “No tengo ningún deseo de ser un político. No quiero liderar a nadie. No tengo un ego práctico. No soy ambicioso. Sólo quiero hacer lo que es correcto. Una vez en cada siglo llega un hombre que es elegido para hablar por su pueblo. Moisés, Mao y Martin son ejemplos. ¿Quién puede decir que no soy ese hombre? Hoy en día el hombre de todas las épocas necesita muchas voces”.

Cheech Marin es una voz necesaria.