Gran parte del sistema jurídico estadounidense se basa, como cualquier sistema legal de derecho común, en precedentes, es decir, casos legales que establecen un principio o regla.

Esto quiere decir que cada sentencia, cada decisión de un juez, va esculpiendo la manera en la que se aplica la ley a los ciudadanos estadounidenses.

Lo mismo aplica para un presidente en funciones.

Tras la detallada y metódica evidencia recopilada por el abogado especial Robert Mueller, tras dos años de investigación y múltiples entrevistas, existe la posibilidad de que el presidente Donald Trump haya, cuando menos, intentado violar la ley al obstruir la justicia.

Siendo la mayoría en la Cámara de Representantes, el Partido Demócrata tiene ahora en sus manos la decisión de iniciar o no un juicio político en contra del presidente pues, de no hacerlo, sentarían un precedente legal que abriría un abanico de posibilidades para que futuros presidentes sorteen la ley.

“Si el Congreso decide no procesar al presidente, se sentaría un peligroso precedente que pondría en peligro a la nación, otorgándole demasiado poder al ejecutivo y animando a futuros funcionarios a degradar aún más la presidencia de Los Estados Unidos, si acaso es posible”, dijo el miembro de los Servicios Financieros de la Cámara, Maxine Waters, en un comunicado tras la publicación del informe.

Otros miembros del Partido, como la representante Norma J. Torres o la Senadora y candidata presidencial Elizabeth Warren han declarado estar a favor del “impeachment” o juicio político contra Trump, pero sus voces podrían no ser suficientes entre sus colegas demócratas.

Según explicó el Washington Post, el caso de un juicio político contra el presidente “es un asunto moral y legal”.

En otras palabras: podría afectar las elecciones presidenciales del 2020, y ese es un riesgo que el Partido Demócrata no cree estar listo para tomar.

La condición circunstancial es, por lo tanto, la percepción del pueblo estadounidense con respecto a la labor y al carácter del presidente Donald Trump, y si la balanza de la opinión pública se inclina a favor o en contra de una “revuelta” demócrata contra el jefe de estado.

Una encuesta realizada por el Post durante el mes pasado demostró que la mitad de los adultos entrevistados aseguraron que el reporte no determinará por quién votarán en las elecciones del año que viene, y las prioridades del electorado se mantienen en la atención médica y el acceso a puestos de trabajo.

El liderazgo del Partido, representado por la presidenta de la Cámara Nancy Pelosi, estarían tomando en cuenta el efecto del intento de juicio político contra Bill Clinton en 1998, lo que invirtió la balanza a favor del GOP en las elecciones parlamentarias, según explicó Politico.

La decisión, aunque no será tomada a la ligera, podrá desvelarse tras la reunión demócrata de este lunes.

Por su parte, y tras haber alabado el trabajo de Mueller cuando su Fiscal General le dio a entender que estaba “exonerado”, Donald Trump ha desencadenado nuevamente una retahíla de comentarios en Twitter sobre su propia respectiva al respecto.

“Sólo los delitos graves y los delitos menores pueden llevar al juicio político”, escribió el presidente en su cuenta personal. “No hubo delitos por mi parte (sin colusión, sin obstrucciones), por lo que no se puede impugnar. ¡fueron los demócratas los que cometieron los crímenes, no su presidente republicano! ¡Finalmente se está volteando la mesa en la cacería de brujas!”

Trump hace referencia a hallazgos del informe Mueller en los que la Administración Obama estaba al tanto de la campaña cibernética rusa desde mucho antes de los comicios del 2016.

Sin embargo, el apartado de la investigación que podría llevarle al banquillo no tiene que ver con el ataque cibernético ruso, sino con cómo su campaña se aprovechó de él y sus claras intenciones de obstruir una investigación al respecto.