LIVE STREAMING
Stan Wischnowski was executive editor of The Philadelphia Inquirer for five years before resigning. Photo: Mary Kang/Knight Center.
Stan Wischnowski fue editor ejecutivo del Philadelphia Inquirer durante cinco años antes de renunciar. Foto: Mary Kang/Knight Center.

Las protestas funcionan, incluso en la sala de redacción

El editor ejecutivo del Philadelphia Inquirer ha dimitido menos de una semana después de que su sala de redacción irrumpiera con un titular insensible.

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Luto en Colombia

Piñatas para todos

Un latino en las estrellas

Un verdadero líder hispano

Embajador cultural latino

El G.O.A.T. llega a Fili

In Unison exposición

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

En un día en que Filadelfia viviera una de sus mayores protestas de Black Lives Matter tras el asesinato de George Floyd en Minneapolis, también hubo movimiento en sus medios de comunicación locales.

Stan Wischnowski, editor principal del Philadelphia Inquirer durante los últimos cinco años, ha renunciado a su cargo menos de una semana después de que el periódico publicara su ya famoso titular impreso "Los edificios también importan".

La editora del Inquirer, Lisa Hughes, anunció la renuncia en un correo electrónico al personal el sábado 6 de junio. El mismo día se publicó un artículo anunciando la partida de Wischnowski. 

El titular salió a la luz por primera vez el 3 de junio en Twitter, un día después de su publicación.

Inmediatamente después, el Inquirer posteó una breve disculpa en los medios sociales antes de publicar una más larga tanto para sus lectores como para los empleados de color.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

The headline accompanied a story on the future of Philadelphia’s buildings and civic infrastructure in the aftermath of this week’s protests. The headline offensively riffed on the Black Lives Matter movement, and suggested an equivalence between the loss of buildings and the lives of black Americans. That is unacceptable. . While no such comparison was intended, intent is ultimately irrelevant. An editor’s attempt to capture a columnist’s nuanced argument in a few words went horribly wrong, and the resulting hurt and anger are plain. . Here’s how our editing and headline-writing process operates: Stories typically go through two assignment editors before reaching the print desk, where copy editors weigh the merits of the story, and check for grammar, style and factual errors. It’s at that stage, when the print page is being created, that print headlines are written by copy editors. Typically, two print editors review headlines and pages before they are sent to the presses. Our review of this incident found that the process was followed, and the headline was created by one editor and read by another. . This incident makes clear that changes are needed, and we are committing to start immediately. . In addition to our readers and the Philadelphia community, we apologize to the many employees of the Philadelphia Inquirer, whose work selling advertising, printing the paper and developing Inquirer.com enables our journalism. . Finally, we apologize to Inquirer journalists, particularly those of color, who expressed sadness, anger, and embarrassment in a two-hour newsroom-wide meeting Wednesday. An enormous amount of pressure sits on the shoulders of black and brown Inquirer journalists, and mistakes like this, made by the publication they work for, are profoundly demoralizing. We hear you and will continue to listen as we work to improve.

A post shared by The Philadelphia Inquirer (@phillyinquirer) on

Los periodistas de color del periódico tuitearon las denuncias de la publicación del titular y se mostraron consternados por la falta de cambio cultural en el periódico a pesar de los años (y, para algunos, más de una década) en que se habla de la diversidad en la sala de redacción.

También publicaron una carta abierta firmada por 44 miembros del personal en la que se pedía a los dirigentes que pusieran en práctica sus palabras sobre la diversidad y anunciaban que protestarían el 4 de junio, lo que hicieron.

"Estamos cansados de cargar con el peso de arrastrar a esta institución de 200 años de antigüedad a patadas y gritos hacia una edad más equitativa", decía parte de la carta.

Wischnowski dejará oficialmente su puesto el 12 de junio. No se ha nombrado un sucesor, pero finalmente es hora de que el periódico oficial de Filadelfia ponga en acción sus palabras sobre la diversidad.