La salud mental y la sed de triunfo en Tokio 2020
El caso de Simone Biles vuelve a poner en discusión la importancia de la salud mental de los atletas de alto rendimiento.
"Al final del día, tengo que hacer lo que es correcto para mí y concentrarme en mi salud mental, y no poner en peligro mi salud y bienestar", fueron las declaraciones de la gimnasta Simone Biles luego de tomar la decisión de retirarse de la competencia por equipos de los Juegos Olímpicos.
La sorpresiva decisión de Biles dio paso a una conversación que ha venido tomando forma en los últimos meses. Hace apenas unas semanas la tenista Naomi Osaka se retiró del Abierto de Roland Garros y no participó en Wimbledon para no tener que enfrentar la presión de las ruedas de prensa. Y luego de su temprana eliminación de los Olímpicos, reconoció que estaba bajo mucha presión.
Y es que desde siempre se ha tenido la imagen que los deportistas de alto rendimiento tienen una “cabeza fuerte”, que una gran parte de su éxito está precisamente en esa fortaleza para sobreponerse a la derrota y para soportar con disciplina y pasión rutinas y entrenamientos extenuantes.
Pero lo cierto es que ellos, al igual que cualquier otra persona, luchan con sus demonios internos y se enfrentan a la ansiedad, la presión y la soledad.
El exnadador Michael Phelps, que volvió a los Olímpicos pero como comentarista para NBC, fue uno de los primeros deportistas en hablar abiertamente de su salud mental. En varias ocasiones ha narrado su lucha con la depresión y pensamientos suicidas luego de los juegos de Londres 2012.
Al conocerse la noticia del retiro de Biles, Phelps, que tiene la marca de haber ganado 23 medallas olímpicas en su carrera, se puso de su lado y confesó que su decisión le “rompió el corazón''.
Y es que más allá de la valiente decisión de Biles, la exigencia por conseguir los mejores resultados y superar siempre su mejor marca, no solo está en la cabeza de los deportistas sino de los medios y los aficionados. Los equipos de natación y baloncesto de Estados Unidos han recibido críticas por sus actuaciones en Tokio, pues no han sido los mismos imbatibles de las ediciones anteriores.
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La nadadora Katie Ledecky ha sido una de las mayores víctimas de estas críticas. En su debut con solo 15 años, ganó su primera medalla de oro en los JJOO de 2012, y cuatro años después se coronó como la atleta con más medallas de Rio 2016 -cuatro medallas de oro, una de plata y dos récords mundiales-, sin embargo este año ha dejado ir algunas medallas que se consideraban seguras para ella.
Ledecky le salió al paso a esas preocupaciones y luego de ganar el oro por primera vez en los 1,500 metros libres dijo, "creo que la gente puede sentirse mal por mí porque no lo estoy ganando todo o lo que sea, pero quiero que la gente se preocupe más por otras cosas que pasan en el mundo, por la gente que está sufriendo de verdad. Sólo estoy orgullosa de traer a casa una medalla de oro para el Team USA".
El entrenador del Team USA de baloncesto, Gregg Popovich, se refirió también a la actitud frente a la derrota luego de perder ante Francia. "Creo que eso es un poco de arrogancia, si se piensa que los estadounidenses deben salir a ganar. Es decir, tenemos que trabajar para ello como todos los demás".
Según reporta TIME, estas son las primeras competiciones en las que la delegación estadounidense cuenta con especialistas en salud mental, un psicólogo, dos psiquiatras y un trabajador social.
En la Villa Olímpica hay además un equipo de psiquiatras y psicólogos disponibles para todos los atletas, que ofrecerá apoyo confidencial antes, durante y tres meses después de los Juegos, además de una línea 24 horas que ofrece apoyo y asesoramiento a los atletas en 70 idiomas, y de ser necesario, orientación para reportar casos de acoso o abuso.
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