El movimiento #MeToo ha alcanzadode lleno las altas esferas de la intelectualidad internacional: la academia de los premios Nobel, en Suecia, donde ya han empezado a rodar cabezas.

La última víctima ha sido la directora de la Academia Sueca, responsable de seleccionar el ganador del premio Nobel de Literatura , quien anunció el jueves su dimisión en medio del escándalo por los casos de acoso sexual destapados por un medio de comunicación local contra un hombre con vínculos estrechos con la institución en Estocolmo.

El pasado noviembre, en plena oleada de #MeToo, el diario Dagens Nyheter publicó en noviembre las declaraciones de 18 mujeres que denuncian haber sido objeto de hostigamiento y abuso físico por parte del acusado, Jean-Claude Arnault, un dramaturgo y fotógrafo francés casado con una miembro de la Academica sueca de los Nobel (Katarina Frostenson).

Sara Danius anunció su decisión el jueves después de una reunión de emergencia de tres horas de miembros de la academia en el centro de Estocolmo.

"Ha sido la voluntad de la Academia que yo abandone mi puesto como secretaria permanente", dijo Danius, historiadora de literatura sueca de 56 años, y la primera mujer en ocupar el puesto. "Me hubiera gustado continuar, pero hay otras cosas que hacer en la vida".

La semana pasada otros tres miembros de la academia dimitieron por el escándalo, que amenaza con dañar la imagen de los premios Nobel en un momento crucial, pues Abril es el mes en que la Academia estudia los 15 o 20 autores que tienen opción de ganar el premio Nobel de Literatura en otoño, alerta el diario El País. En mayo la lista de autores se reduce a cinco finalistas y en septiembre todos los miembros leen y debaten la obra de los elegidos antes de tomar la decisión final.

 “La división ha sacado a la luz rivalidades que existen en todas las instituciones. Sobre las denuncias, al parecer muy fundamentadas, debe pronunciarse la justicia, pero el escándalo no debería afectar a una institución que siempre ha gozado de un respeto y una audiencia universales” dijo a El País.el escritor peruano Mario Vargas Llosa, ganador del Nobel de Literatura en 2010. [Los Nobel] “han servido para reconocer la importancia de científicos fundamentales para la Humanidad y para hacer que la gente leyera a autores que no conoceríamos si no fuera por los premios. Quienes estamos afuera debemos pedir que se haga todo lo posible para que tanto los premios como la Academia no se vean afectados”, añadió Vargas Llosa a El País.