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La repostera mexicana Alejandra Rivas contó su experiencia trabajando con Martín Berasategui y sus comienzos en El Celler de Can Roca en un documental para BBVA. Foto captura de video/Vimeo
La repostera mexicana Alejandra Rivas contó su experiencia trabajando con Martín Berasategui y sus comienzos en El Celler de Can Roca en un documental para BBVA. Foto captura de video/Vimeo

Una mexicana dirigiendo la cadena de neverías del mejor repostero del mundo

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En 1986, los hermanos Roca crearon un restaurante familiar en Girona, a unas 65 millas al norte de Barcelona, llamado El Celler de Can Roca, considerado hoy uno de los mejores restaurantes del mundo, con 3 estrellas Michelin a sus espaldas y listas de espera de más de un año.

Por aquel entonces, el menor de los hermanos, Jordi Roca, era todavía un niño. Treinta  años después, Jordi se ha convertido en la mente creativa de los postres, el chef que da forma a los sofisticados dulces, pasteles y helados que salen de la prestigiosa cocina de El Celler. En 2014, Jordi fue nombrado “mejor repostero del mundo” y desde hace seis años no solo se encarga de los postres del restaurante familiar, sino que también dirige Rocambolesc, una marca de helados y sorbetes de lujo, que se venden en neverías propias y en algunas tiendas gourmet especializadas.

El detalle curioso es que tras los exóticos sabores y formas de sus helados de Rocambolesc  – acaban de lanzar un helado oscuro con la cara de Darth Vader, el famoso personaje de Star Wars -  se esconde una mente latina.  

Se trata de Alejandra Rivas, México, repostera nacida en Guadalajara hace 31 años, y esposa de Jordi Roca.

La pareja se conoció cuando Alejandra, pastelera de formación, vino a España a ampliar sus estudios. Primero hizo unas prácticas junto al prestigioso chef vasco Martín Berasategui en Lasarte (País Vasco), después trabajó en Tarragona y Valencia, hasta que cumplió su sueño, entrar en el Celler de Can Roca. Era un contrato de prácticas de solo dos meses, pero acabó alegando la estadía porque el jefe de pastelería se marchó y le ofrecieron su puesto, reportó el pasado fin de semana La Vanguardia.

Allí, en la cocina del Celler de Can Roca, fue donde conoció a Jordi y se enamoraron. Sin embargo, la idea de Alejandra siempre fue volver a México.  Así que cuando terminó las prácticas, regresó a su país, donde trabajó en el restaurante Pujol, en Ciudad de México, junto al reputado chef Enrique Olvera, haciendo sus propios postres y creaciones y aprendiendo de gastronomía mexicana. Hasta que un día la pareja se hartó de la relación a distancia y Alejandra volvió a Catalunya con la idea de ponerse al frente de la nueva aventura empresarial de su marido, las neverías Rocambolesc.

Alejandra es ahora quien se encarga de dirigir la cadena de neverías desde Girona, una bonita y próspera ciudad medieval que en los últimos meses se ha hecho especialmente conocida en los  por ser el núcleo duro del independentismo catalán:  el último presidente de Catalunya, Carles Puigdemont - cesado por el gobierno español y actualmente arrestado en Alemania, acusado  por delito de rebelión por la justicia española -  fue alcalde de esta ciudad, donde lo consideran una especie de ídolo.

Irónicamente, los dos helados favoritos de Alejandra son el “Girona”, un helado con sabor a manzana al horno, y el “Madrid”, a base de coco con violeta, cuenta la repostera mexicana a La Vanguardia desde la nevería de Girona. El día a día de Alejandra conlleva desde servir helados y toppings en el local de Girona a pasar la mañana en el obrador, elaborando nuevos sabores, ocupándose de la logística, la trazabilidad o la contratación del personal.

Entre sus creaciones de repostería más rocambolescas están el “huevo con nariz de Jordi”, una paleta sabrosa de color rojo, lleno de bámbolas de fresa y agua de rosas.  El helado oscuro con forma de la cabeza de Darth Vader, una cabeza rellena de cinco bombones, galletas y peta-zetas, el conocido caramelo carbonatado.

Según ha explicado en varias entrevistas, Alejandra heredó la pasión por la pastelería de su abuela y de su madre, quien cocinaba un brownie de chocolate memorable. Ella ha sido la única de la familia en dedicarse a la cocina de forma profesional. El toque mexicano en los helados de Rocambolesc está en el sorbete de mango, comentó Rivas a La Vanguardia.

El éxito de Rivas no solo tiene éxito en la cocina, sino tambien en las redes sociales, donde se ha llegado a definir como “ice cream hunter”. La mexicana tiene más de 18,9k seguidores que tiene en de la red social “Instagram”.

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