En 2011, un estudio realizado por los Centros de Control de Enfermedades y Prevención (CDC) alertaba que alrededor del 40% de la población estadounidense respiraba aire que no cumplía con los estándares de calidad establecidos por el gobierno federal. Seis años después, un nuevo informe del CDC asegura que el 53,7 por ciento de los seis millones de niños de EEUU que sufren asma, tuvieron al menos un ataque durante 2016. ¿Significa esto que nuestros pequeños están más protegidos?

Menos crisis asmáticas infantiles

Los datos demuestran una disminución de las crisis asmáticas sufridas por niños. Si observamos las cifras de 2001, un 67,1% de los niños tuvieron al menos un ataque de asma durante ese año. Esta disminución en la cantidad de casos, demuestra que la sociedad ha aprendido a prevenir y actuar ante una crisis de asma. Sin embargo, todavía uno de cada 20 niños necesita ser hospitalizado una vez al año por esta causa.

Mayor índice de asmáticos entre los niños latinos

Según el estudio de la CDC, algunos niños tienen más probabilidades de sufrir asma que otros. El grupo de riesgo lo componen los niños de 5 a 17 años, los niños de raza negra no hispanos, los niños de origen puertorriqueño y los niños de familias con bajos ingresos.

Los datos de casos de asma apuntan a familias latinas. La razón de ello es que hay muchas familias de bajos ingresos entre ellas. Además, el 26% viven en lugares que no cumplen con los estándares de calidad de aire y por lo tanto están más expuestos a este tipo de enfermedades pulmonares. En el caso de otras comunidades, este porcentaje era del 9.7%.

Este hecho, junto con el miedo a buscar atención médica por el hecho de ser deportado, ha hecho que muchos latinos, no reciban la atención médica que necesitan. En el caso del asma, se trata de una enfermedad que necesita tratamiento y que puede llegar a ser muy grave si no se trata rápida y adecuadamente.

Reconocer un ataque de asma

Un ataque de asma necesita atención inmediata y adecuada. El ataque de asma puede darse en cualquier momento, aunque habitualmente es generado por algún desencadenante. Estos desencadenantes pueden ser desde el frío o un catarro hasta alergias al pelo de las mascotas, los ácaros del polvo , etc.

Durante una crisis asmática, el enfermo puede sentir dificultad para respirar, emitiendo “silbidos” cuando exhale aire, dolor en el pecho, tos, taquicardia...

Ante estos síntomas es muy importante acudir rápidamente al médico o a una farmacia para ser tratado adecuadamente.