El Presidente Donald Trump presentó el miércoles ante una multitud en Indiana su nuevo plan de reforma fiscal, pensado para beneficiar a los “Americanos corrientes y trabajadores,” y no solo a los ricos.

“Yo no me beneficiaré de este plan. Creo firmemente que la gente adinerada no se beneficiará mucho de mi reforma,” añadió.

La reforma fiscal propuesta por el presidente Trump incluye recortar el impuesto de sociedades del 35% al 20% y reducir los impuestos a las empresas intermediarias en un 25% .  Actualmente la carga fiscal sobre estos pequeños propietarios de empresas está entorno al 40%. El mismo Trump controla cerca de 500 empresas intermediarias, señala The Guardian en un artículo que desmiente las palabras de Trump de que su reforma fiscal no le beneficiará a él, ni a la clase adinerada.

El diario español El Mundo detalla que el ambicioso plan de reforma fiscal también pretende simplificar los tramos fiscales para los contribuyentes de siete a tres, una medida que beneficiaría en especial a los ricos.

"La reforma fiscal es la cosa más importante que podemos hacer para devolver la confianza en este país, generar trabajos y prosperidad, y por eso es que estamos tan enfocados en conseguir esto para este año", señaló Paul Ryan, el líder de los republicanos en el Capitolio, según El Mundo.

Si bien la reforma fiscal supone recortes en impuestos, el documento no explica cómo el gobierno federal recuperará los miles de millones de dólares que perderá en términos de recaudación fiscal.  Este factor puede complicar la aprobación del nuevo plan fiscal en el Congreso.

Por una parte, “la reforma está diseñada para hacer estallar el entusiasmo en filas republicanas, ” señala el diario El País. Por otra parte, “su verdadero objetivo es electoral:  “son píldoras de alegría inmediata para millones de ciudadanos. Y posiblemente también un anestésico para problemas mayores,” comenta El País.