La estructura bicameral y parlamentaria del gobierno inglés aseguraba que el Partido Conservador mantendría la mayoría obtenida durante los comicios del 2015, sobretodo cuando su liderazgo descansaba en las manos de la tenaz Theresa May.

• ¿Cómo funciona el sistema electoral inglés?

El Partido Conservador necesitaba ganar 326 asientos de 650 en el parlamento inglés, para ser considerado una mayoría, formar un gobierno independiente y transformar a May en Primer Ministro oficial – cargo que ha estado ocupando después de la renuncia de David Cameron el año pasado.

Los resultados definitivos otorgaron al Partido Conservador 318 asientos versus 261 conseguidos por el Partido Laborista, obligando a ambos partidos a pactar con otros y lograr un gobierno de coalición que permita gobernar con la mayoría necesaria.

Si bien May convocó a las elecciones anticipadas el pasado 18 de abril, convencida de lograr ampliar su mandato y llevar a cabo la salida del Reino Unido de la unión Europea (Brexit), los resultados de las elecciones son un fracaso absoluto en su campaña, especialmente tras haber perdido la mayoría absoluta conseguida por su partido en las elecciones del 2015.

“La promesa de May a lo largo de toda la campaña fue ofrecer ‘un liderazgo fuerte y estable’, pero en lugar de eso, los resultados debilitan su posición”, aseguran los analistas de CNN.

El declive de la aceptación de May en los comicios fue repentino e inversamente proporcional al auge en las encuestas de su opositor, Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista quien, contra todo pronóstico, consiguió el 40% de los votos.

Sus errores estratégicos y de campaña – como la negativa a participar en un debate televisado – colaboraron con la imagen de su contrincante.

“Su estilo franco, su oposición a las medidas de austeridad y su capacidad de conectar con las bases le favorecieron y eso se vio reflejado en el resultado”, continúa el análisis.

La presión sobre la Primer Ministro May aumentó considerablemente, después de que todos los medios nacionales e internacionales amanecieran el día viernes con titulares sobre su fracaso. Asimismo, personajes políticos como el ex líder del partido Laborista, Ed Miliband, han asegurado que la pérdida de la mayoría de su partido, y la incapacidad de conseguir los resultados con los que contaba, le restan a May la autoridad para negociar el Brexit y para continuar al mando del país.

Pero la Primer Ministro ha decidido no ceder ante la presión, declarando su intención de formar un gobierno de coalición con un pequeño partido del Norte de Irlanda que está a favor del Brexit.

“Poco después del mediodía, (May) recorrió la corta distancia entre Downing Street (residencia del Primer Ministro) y el Palacio de Buckingham para pedirle a la Reina Elizabeth el permiso para formar un gobierno – una formalidad en el sistema inglés”, reportó Reuters.

Para los analistas, es probable que el Partido de Irlanda (el DUP) apoye la minoría Conservadora en votos clave dentro del parlamento pero rehúsen a formar una coalición formal.

Sin hacer referencia a una decisión puntual, el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, anunció en un vídeo en Twitter que, con la ayuda del voto conseguido “trabajaremos juntos y unidos por un propósito en común que lograremos y construiremos un país”.

Dos aspectos fundamentales en las elecciones inglesas fueron el aumento de la participación votante, que llegó al 68.7%, “la más alta desde las elecciones generales de 1997”, según reportó CNN, y un récord nuevo en mujeres elegidas para los puestos en el parlamento, unas 207 legisladoras, 11 más que en las elecciones del 2015.