El lenguaje universal del flamenco sobre el tablao en Philly
Preguntar a Rosario Toledo por sus comienzos en el mundo del flamenco supone, como ella misma asegura, remontarse unos treinta años atrás, prácticamente al inicio de su vida.
Cuenta que desde que comenzó a hablar manifestaba su deseo de dedicarse a la danza y a los ocho o nueve años comenzó a practicar danza española y ballet clásico. Sin embargo, no olvida el momento en el que supo que lo suyo era el flamenco: fue cuando escuchó el disco “Tauromagia” del guitarrista español Manolo Sanlúcar.
"Enamorarme del flamenco, ese fue uno de los momentos, tenía 12 años. Yo escuché algo con esa música y luego con Camarón (de la Isla) que me pasó otra cosa en el cuerpo por dentro. Y desde entonces hasta hoy”, asegura Toledo; quien explica que el haber podido dedicarse a la danza fue una mezcla de varios factores.
Por un lado, elegir una de las únicas dos academias que había en su ciudad natal, Cádiz (en el sur de España) cuando ella empezó a bailar de pequeña. “Llegaba del colegio, hacía la tarea que me daba tiempo, me iba a la academia, y yo me tiraba en la academia tres horas, casi toda la tarde. Llegaba a casa, me ponía a hacer la tarea que no había hecho, cenaba y me acostaba. Era un sacrificio que a mí nunca me ha pesado, pero que visto desde fuera puede parecer bastante duro”.
Por el otro, haber podido empezar a bailar en fiestas privadas. Pero sobre todo, el apoyo de sus padres, que le obligaron a terminar sus estudios elementales, a la hora de dedicarse a algo que define como más que una vocación, citando para ello a Martha Graham.
“Ella decía que ella no había elegido bailar ni dedicarse a esto y yo creo que tampoco lo he elegido, que es algo que tú sabes que la vida te lo ha puesto ahí y ni te planteas si es una elección o si no lo es. Yo lo tenía tan claro que yo creo que no ha sido una elección en sí, como que viene contigo desde que naces. Yo lo siento de esa manera”, asegura Toledo.
Un arte que la española traerá próximamente a Filadelfia, donde ofrecerá varias performances del 28 al 30 de abril en Asian Arts Initiative (1219 Vine Street) dentro de la iniciativa Tablao Philly, que acompañará la actuación de vino y tapas. Será su tercera visita a la ciudad, donde ya bailó en el Philadelphia Flamenco Festival en el 2012 y el 2014, con una gran acogida.
La misma que reconoce recibir en cualquier lugar del mundo en el que actúa. Desde España y Europa hasta lugares como Japón, Malasia o Filipinas, por nombrar solo algunos de los que ha recorrido en los 10 años que se cumplen desde que formó su primera compañía con espectáculos de creación propia.
"Suena un poco a tópico, pero eso de que el flamenco es universal yo creo que es verdad”, reconoce Toledo.
¿Qué puede esperar el público de su espectáculo en Philly?
"Yo creo que van a ver a una Rosario más desnuda, más flamenca, más desnuda en el sentido de que no es un espectáculo cerrado, que voy a bailar lo que me apetezca, entonces va a ser una Rosario más esencial. Más lo que es el baile flamenco que hay en mí y que siempre está en mí”, explica.
"Y sobre todo mucho Cádiz”, asegura. "Cada vez siento que saco más por lo poros de mi piel la tierra en la que nací. Me acuerdo de mi tierra y yo creo que cada tierra es especial y por eso te digo esto de la mía. No quiere decir que sea la mejor, ni la única, ni nada por el estilo. Pero eso es lo que nos hace diferente a cada uno, así que creo que no debemos olvidarlo”.
La tercera entrega de Tablao Philly tendrá lugar los días 28, 29 y 30 de abril a las 9:00 p.m. Para más información o para adquirir entradas para el evento visite www.pasiaonyarteflamenco.org.
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