"Si estas imágenes lo hacen llorar, lo siento", publicó el feligrés Gilberto González en su página de Facebook el pasado 14 de agosto.

González, líder del comité 'Salvemos La Milagrosa', capturó recientemente las fotografías a través de las ventanas de la capilla.

El feligrés sintió gran tristeza e indignación al ver que el recinto había quedado practicamente vacío y listo para ser traspasado.

González insiste en que la arquidiócesis decidió vender los objetos sagrados en lugar de dejarlos en manos de la comunidad. Para él, la arquidiócesis estaría vendiendo la historia, la cultura y el corazón espiritual de la comunidad latina de Filadelfia.

"Pedimos los artefactos hace como un mes porque queremos preservar nuestra historia. Nos respondieron que no son dueños del edificio pero sí de los artefactos", continúa el comentario de González.

En respuesta a esta declaración, la Arquidiócesis de Filadelfia explicó cómo distribuyeron los distintos artefactos sagrados de acuerdo a los estatutos establecidos por la arquidiócesis.

"Las estatuas que estaban en la capilla de La Milagrosa ahora  están en exhibición en la capilla de la Catedral Basílica de San Pedro y San Pablo  en el área donde los jóvenes realizarán su programa de catequesis", dijo Ken Gavin, vocero de la arquidiócesis. 

Gavin agregó que el resto de los artículos formarán parte del Programa de Intercambio Eclesiástico, que los pone a disposición para su uso en otras parroquias de la arquidiócesis. 

"Este es el procedimiento operativo estándar cuando una iglesia de la arquidiócesis cierra sus puertas", dijo Gavin.

Fue el pasado 23 de junio,  cuando entre lagrimas y rostros de desesperación, se llevó a cabo la última misa en la Capilla de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, la iglesia hispana por excelencia. Ese domingo la capilla cerró sus puertas tras poco más de un siglo de brindar servicios a la comunidad latina de Filadelfia.