De béisbol a boxeo
Los Phillies están jugando tan mal que me convertí en un fanático del boxeo.
El equipo de pelota de Filadelfia no tiene pugnacidad. Los Phillies perdieron 18 de los primeros 23 partidos en que participaron después del receso del Juego de Estrellas.
Tan mal estaban jugando que dejaron caer 11 partidos seguidos como visitantes. No fue hasta el lunes, cuando derrotaron a los Bravos en Atlanta, que Filadelfia rompió su racha de futilidad en la carretera. El triunfo le dio a su dirigente, Charlie Manuel, su victoria número 1.000 en la Gran Carpa. Felicidades Charlie; retírate ahora.
Sin tener donde gozar de una buena pelea entre atletas, me acerqué a ver al boxeador de ascendencia puertorriqueña Danny García durante uno de sus entrenamientos.
No salí decepcionado. Admito que me picó el mosquito del boxeo. Temo que tengo otro vicio.
García, un 'Philly-Rican' orgulloso de su comunidad, es doble campeón: monarca superligero del Consejo Mundial de Boxeo y de la Asociación Mundial.
El pugilista de 25 años se está preparando para defender ambas coronas el 14 de septiembre en Las Vegas contra Lucas Matthysse un retador Argentino de 30 años con una pegada fuerte. La pelea esta programada a tomar lugar en la misma velada del combate entre Floyd Mayweather y el mexicano Saúl 'Canelo' Álvarez.
García tiene marca perfecta como pugilista: 25-0 con 16 knock-outs.
El muchacho no solo es un ganador en el ring pero también en nuestra comunidad. Este invirtió parte de sus bolsas en abrir un nuevo gimnasio en Juniata, el vecindario donde se crió y tomó sus primeros pasos en un ring. El recinto también es sede de dos negocios: una barbería y un taller de mecánica.
Su aporte mas significativo a la comunidad, sin embargo, es su insistencia en no usar drogas y no pelear con nadie que utilice substancias prohibidas.
Como campeón, García dicta las reglas que han de seguir sus retadores. El que quiera pelear contra él tendrá que subscribirse a la vigilancia de la United States Antidoping Agency (USADA). Dicha agencia requiere varias pruebas, sin previo aviso, de sangre y orina de los atletas bajo su custodia.
Que bocanada de aire fresco para los seguidores del béisbol, un deporte lleno de escándalos relacionados con el uso de substancias prohibidas por sus jugadores. Por razones que aún no entiendo, muchos peloteros latinos caen en el epicentro de dichos tumultos en las Grandes Ligas. Yo pienso que es debido más a la discriminación contra nuestra 'raza' (es fácil agarrarlos) que al 'Tigeraje de los nuestros' a que se refiere un amigo mío dominicano. No importa la razón, el béisbol está dándole mala fama a los latinos de ser abusadores de drogas.
Lo certero es que García es un hijo de nuestro barrio, seguro de sí mismo, y que no necesita suplementos prohibidos para probar su mérito. Este busca regresar el deporte a la era donde el que era mejor en su arte ganaba la competencia no quien tenía el mejor farmacéutico.
Le deseo suerte a García. Sus peleas son una de las competencias más limpias del planeta. Lo seguiremos de ahora en adelante.
No obstante mi ojo descarriado a otras diversiones, no puedo abandonar a mi primer amor: el béisbol.
Los Phillies regresan a Filadelfia este fin de semana pero yo me voy al norte de Pensilvania a la ciudad de Williamsport a ver la Serie Mundial de Pequeñas Ligas. Creo que es mi única oportunidad de ver en vivo una Serie Mundial este año.
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