Una misa organizada en apoyo a la reforma migratoria se convirtió en una incómoda ceremonia para líderes de la Arquidiócesis de Filadelfia, que enfrentaron entre los asistentes a manifestantes exigiendo una respuesta ante el cierre inminente de iglesias a través de la ciudad.

Durante la ceremonia miembros del comité 'Salvemos La Milagrosa' se mantuvieron el pasado 30 de junio en el exterior de la Catedral Basílica de San Pedro y San Pablo, mientras que en el interior fueron representados por Gilberto González, quien portó una venda en los ojos, María Miranda, quien decidió taparse la boca con cinta adhesiva, y Miguel Ortíz, que permaneció con las manos atadas en señal de protesta ante lo que consideran una falta de respuestas por parte de la Arquidiócesis.

Gran parte de la homilía fue traducida al español y se enfocó en la justicia para los inmigrantes. "Cada ser humano tiene el derecho de sostener a su familia. También creemos que si eso no es posible, las personas tienen el derecho de emigrar", dijo el arzobispo. "Los inmigrantes, tengan o no documentos, tienen el derecho a ser tratados con dignidad".

En algún momento de la ceremonia un guardia de seguridad se acercó a los manifestantes para exigir que removieran sus respectivas señas de protesta, pero fue el mismo arzobispo quien pidió que se les permitiera portarlas. 

Mientras tanto, un grupo de la coalición 'Keep the Faith in Frankford' se mantuvo en el exterior de la catedral para apoyar al comité de 'Salvemos La Milagrosa'. "Dos iglesias católicas de Frankford cerraron hoy, se quedaron sin iglesia por primera vez en 168 años. Ambas eran sostenibles económicamente. La Iglesia es muy poderosa, estamos pidiendo que ayude a La Milagrosa, que por favor no permita que ese terreno sagrado se convierta en condominios", dijo Pat Smiley, fundadora de este grupo.

 

"Nuestra iglesia en Frankford cerró este domingo y estamos aquí para decirle al arzobispo Chaput que lo respetamos, y que su gente quiere hablar con él. No estoy segura si él está enterado de toda la información, porque sé que el comprendería el dolor que están sintiendo los feligreses", agregó Smiley.

Al finalizar la misa, el comité se acercó al arzobispo para tratar  exponer una vez más su causa y pedir una respuesta.

"Nos respondió que no pudimos recibir la Eucaristía por estar en protesta. Le dije que lo único que estamos haciendo es buscar la verdad, pero dijo que nosotros no habíamos utilizado los caminos apropiados para dialogar con la Iglesia", dijo Ortíz.

Este último asegura que desde hace meses han solicitado reunirse con los líderes de la iglesia para llegar a algún acuerdo que evitara el cierre de la capilla. 

"Pero aquí seguiremos", dijo Ortíz.