Algo está pasando con la Generación Z, esos jóvenes nacidos entre finales del siglo pasado y la primera década de los 2000 y que hoy están paulatinamente copando los espacios laborales.

Así lo muestra un sondeo que realizó en agosto pasado la firma Intelligent.com entre al menos 966 líderes de negocio involucrados en procesos de reclutamiento.

El estudio muestra cifras preocupantes: al menos 60% de las compañías consultadas despidieron a algún recién graduado que había sido contratado en el último año.

Además, 1 de cada 6 dijo vacilar a la hora de considera la contratación de una persona de esta cohorte de edad.

“Los jefes de contratación afirman que los universitarios recién graduados no están preparados para trabajar, no pueden asumir la carga de trabajo y son poco profesionales”, revela la investigación, según el comunicado emitido por Intelligent.com.

Dentro de los rasgos que se destacan para que las compañías hayan tomado esas decisiones están la falta de motivación o iniciativa (50%), la escasa capacidad de comunicación (39%) y la falta de profesionalismo (46%). Además están los problemas con la retroalimentación (38%) y la inadecuada capacidad para resolver problemas (34%).

En general, hay una brecha entre la forma como otras generaciones asumen el trabajo y las obligaciones y la manera en que los Gen Z lo hacen.

Por ejemplo, recientemente se ha generado un debate sobre la decisión de algunas compañías tecnológicas importantes como Amazon de ordenar a todos sus trabajadores la vuelta a la oficina, como una medida de gestionar la cultura organizacional.

Para los expertos esto abre una brecha importante entre quienes administran las compañías y la fuerza laboral, cada vez más conformada por personas jóvenes con grandes capacidades técnicas, pues son nativos digitales.

La compañía que realizó el estudio emitió un comunicado en su página web sobre los resultados. Allí se cita a  Huy Nguyen, Asesor Jefe de Educación y Desarrollo Profesional de Intelligent.com: "Muchos recién graduados pueden tener dificultades para incorporarse al mercado laboral por primera vez, ya que puede suponer un enorme contraste con lo que han estado acostumbrados a lo largo de su trayectoria educativa. A menudo no están preparados para un entorno menos estructurado, la dinámica cultural del lugar de trabajo y las expectativas de trabajo autónomo. Aunque tengan algunos conocimientos teóricos adquiridos en la universidad, a menudo carecen de la experiencia práctica en el mundo real y de las habilidades interpersonales necesarias para tener éxito en el entorno laboral. Estos factores, combinados con las expectativas de los trabajadores veteranos, pueden crear retos tanto para los recién licenciados como para las empresas en las que trabajan".

Es claro que hay un choque generacional frente a la manera como se asume el trabajo. Esto impone muchos desafíos, si se tiene en cuenta que un estudio de la firma Robert Walters concluyó que dentro de esta generación muy pocos quieren ser jefes o escalar en una estructura corporativa.

¿Cómo se resolverá esa brecha? ¿Las nuevas generaciones pueden pensar en otras formas de organización del trabajo que satisfagan sus expectativas? ¿Serán esas estructuras organizativas eficaces en alcanzar los objetivos empresariales propuestos? Las preguntas quedan abiertas.