A partir del 2 de enero de 2025 habrá un gran cambio en Amazon: todo va a volver a la normalidad. Por lo menos a la normalidad de prepandemia.

Este fue el anuncio que hizo Andy Jassy, CEO de la compañía, en un correo electrónico distribuido entre todos sus colaboradores este lunes.

Para el directivo, esta decisión es vital en el fin de “estar mejor preparados para inventar, colaborar y estar lo suficientemente conectados entre nosotros y con nuestra cultura como para ofrecer lo mejor a los clientes y a la empresa”. Según Jassy, “cuando echamos la vista atrás a los últimos cinco años, seguimos creyendo que las ventajas de estar juntos en la oficina son significativas”.

El debate inmediatamente se atizó en redes sociales y medios de comunicación, porque al tratarse de la más grande tecnológica, implica un duro golpe para los convencidos sobre las bondades del trabajo remoto.

Basically, Amazon putting the last nail on the coffin for remote work in big tech. Unsurprisingly, it was just a pantomime to hire in competitive landscapes when talent demand was high.

They used all of you. Tricked you into thinking they're cool.https://t.co/QUf0LaVdeM

— Àlex @ Mars 🚀 (@lexrodba) September 16, 2024

Para Jassy es un asunto de “cultura”: es decir de forma de actuar permanente frente a los grandes desafíos empresariales de hoy.

La premisa es demoledora: en la meta de obtener resultados positivos, resulta más eficiente propiciar la conversación e interacción cara a cara en vez de ahorrarle tiempo de transporte a los empleados.

Esa tensión va a dar mucho de qué hablar en los próximos meses, pues muchos considerarán que la medida es un paso atrás en los avances en materia de confort para los empleados.

“Cuando echamos la vista atrás a los últimos cinco años, seguimos creyendo que las ventajas de estar juntos en la oficina son significativas. (...) en resumen, hemos observado que es más fácil para nuestros compañeros de equipo aprender, modelar, practicar y fortalecer nuestra cultura; colaborar, aportar ideas e inventar es más sencillo y eficaz; enseñar y aprender unos de otros es más fluido; y, los equipos tienden a estar mejor conectados entre sí. En todo caso, los últimos 15 meses en los que hemos vuelto a la oficina al menos tres días a la semana han reforzado nuestra convicción sobre los beneficios”, explicó Jassy en la comunicación a los empleados.

Las compañías están enfrentando enormes desafíos en el mundo de hoy. La velocidad en que ocurren las cosas podría hacer pensar que la capacidad de reacción depende de la cantidad de tecnología involucrada que permita, como diría Marx, la intensificación del trabajo. Por eso sorprende que una de las grandes techs, decida hacer esta apuesta. Es necesario insistir en que la premisa es inquietante: el avance tecnológico y la innovación provienen de la interacción humana, no de una mayor implementación tecnológica.

Paradójico, pero revelador. ¡Hay que volver a la oficina!