Kamala o sobre la nueva oportunidad de romper el techo de cristal en Estados Unidos
Aquí vamos otra vez. Estados Unidos tiene una nueva oportunidad de hacer algo que debería haber hecho hace mucho tiempo: elegir a una mujer como Presidenta de la nación.
No es un camino fácil. Tampoco se trata de elegirla por el hecho de ser mujer; sin embargo, hasta ahora todo ha girado en torno al hecho de ser mujer: los techos de cristal, la brecha salarial, el papel preponderante en las tareas domésticas... Estados Unidos tiene una larga historia de preponderancia masculina en la política. Kamala Harris tiene una gran carrera, es política y es mujer.
Hillary Clinton conoce demasiado bien la situación. Hace ocho años era la candidata, pero diversas circunstancias se lo impidieron.
El mundo se resiste profundamente a empoderar a las mujeres. Empezando por el derecho al voto. A finales del siglo XIX y principios del XX, Nueva Zelanda, Inglaterra y Estados Unidos fueron las primeras naciones en abrir las urnas a las mujeres. Y casi 70 años después, Sri Lanka fue el primer país en tener su primera mujer Primera Ministra.
Así que ha sido una historia larga y lenta.
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Incluso las empresas tienen la misma historia. Katharine Graham, Consejera Delegada de The Washington Post, fue en 1973 la primera mujer que dirigió una empresa de Fortune 500. Hoy sólo el 10,8% de las empresas de Fortune 500 están dirigidas por mujeres.
Ahí está pintado el metafórico «techo de cristal», expresión que ha sido acuñada para expresar el enorme problema que representa no solo para las mujeres, sino para la sociedad en su conjunto, tener un límite natural en las carreras de ellas.
Por eso Hillary Clinton dijo durante la Convención Demócrata: «Juntos, hemos puesto muchas grietas en el más alto y duro techo de cristal (...). Al otro lado de ese techo de cristal está Kamala Harris levantando la mano y jurando su cargo como nuestra 47ª Presidenta de los Estados Unidos».
El país ha tardado en emprender este nuevo camino que ahora recorren otras naciones. Actualmente hay presidentas o primeras ministras en Italia, Perú, Eslovenia, Bosnia-Herzegovina, Trinidad y Tobago, Malta, Macedonia, Tailandia y México, donde Claudia Sheinbaum asumirá el cargo a partir del próximo octubre.
América Latina ha tenido varias presidentas: Cristina Fernández en Argentina, Dilma Rousseff en Brasil y Michelle Bachelet en Chile.
De nuevo: no se trata solo de ser mujeres, pero hasta ahora todo ha sido cuestión de ser mujeres. Estados Unidos tiene una nueva oportunidad de considerar las propuestas de Kamala Harris desde una perspectiva de género y ver la nueva opción: una mujer, con muchas cualidades, manejando las riendas de una de las potencias del mundo.
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