Riesgo en la botella: retiran jugo de calabaza en 12 estados de EE.UU. por amenaza de botulismo

Una nueva alerta alimentaria ha encendido las alarmas en Estados Unidos. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) anunció el retiro voluntario de todos los lotes de jugo de calabaza producidos por la empresa Walker’s Wine Juice LLC, con sede en Forestville, Nueva York. La medida afecta a 12 estados del país y responde al riesgo de posible contaminación con Clostridium botulinum, la bacteria responsable del botulismo, una enfermedad rara pero extremadamente peligrosa.

Según informó la FDA, el problema fue detectado tras comprobar que el jugo no cumplía con los niveles adecuados de acidez —un factor clave para prevenir el desarrollo de bacterias en productos embotellados. Un pH inadecuado en jugos no pasteurizados puede crear el entorno perfecto para que C. botulinum prospere y produzca toxinas potencialmente mortales.

El botulismo puede causar síntomas severos como visión borrosa, dificultad para hablar, debilidad muscular e incluso parálisis respiratoria. Aunque no se han reportado casos hasta el momento vinculados con el consumo del producto retirado, las autoridades sanitarias instaron a los consumidores a no beberlo bajo ninguna circunstancia y a desechar cualquier botella del lote afectado.

El jugo de calabaza de Walker’s Wine Juice había ganado popularidad como producto artesanal, elaborado sin conservantes ni procesos térmicos agresivos. Sin embargo, este caso pone de nuevo sobre la mesa el debate entre lo “natural” y lo “seguro”. Si bien los productos frescos y mínimamente procesados pueden resultar atractivos, requieren estrictos controles microbiológicos para evitar riesgos.

La compañía ha cooperado con las autoridades y aceptado el retiro de sus productos como medida preventiva. El jugo fue distribuido en al menos 12 estados, incluidos Nueva York, Pensilvania, Ohio y Michigan, y se vendía tanto en tiendas locales como a través de pedidos directos.

Expertos en inocuidad alimentaria advierten que los productos ácidos, como jugos, deben mantenerse en rangos de pH seguros, especialmente si no han sido pasteurizados. La confianza del consumidor depende no solo del sabor o lo natural del producto, sino también de la seguridad que ofrezca en cada sorbo.

Este retiro es un recordatorio de que la seguridad alimentaria empieza en la fórmula y termina en la mesa. Vigilancia, ciencia y control son ingredientes que nunca deben faltar.