La OMS difunde datos del COVID a cinco años del primer caso: La infección causó 7 millones de muertes

Cinco años después de que se identificara el primer caso de COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe actualizado que destaca el impacto global devastador de la pandemia. Según el informe, más de 7 millones de personas han perdido la vida debido al virus, y se han registrado más de 776 millones de casos confirmados en todo el mundo. Esto convierte al COVID-19 en una de las pandemias más mortales de la historia moderna.

El informe de la OMS ofrece un análisis integral de cómo evolucionó la pandemia, destacando las significativas desigualdades en los resultados según las regiones. Los países de ingresos altos generalmente tuvieron mejores resultados debido al acceso a sistemas de salud sólidos, capacidades extensivas de prueba y distribución de vacunas. Por el contrario, los países de ingresos bajos y medianos enfrentaron mayores desafíos, incluyendo acceso limitado a recursos médicos, bajas tasas de vacunación y barreras logísticas.

Uno de los puntos clave del informe es el papel crucial que desempeñaron las vacunas para mitigar el impacto de la pandemia. Desde su introducción a finales de 2020, las vacunas han salvado millones de vidas y ayudado a reducir las tasas de enfermedad grave y hospitalización. A pesar de estos éxitos, la OMS señaló que las inequidades globales en la distribución de vacunas siguen siendo un problema crítico. Mientras que algunas naciones lograron tasas de vacunación superiores al 90%, otras lucharon por vacunar siquiera a una pequeña parte de su población.

La aparición de nuevas variantes, como Delta y Ómicron, destacó la capacidad del virus para adaptarse, desafiando los esfuerzos globales de vacunación y mitigación. Estas variantes no solo aumentaron la transmisibilidad, sino que también generaron preocupaciones sobre la eficacia de las vacunas. La OMS ha instado a los países a permanecer vigilantes, enfatizando la necesidad de seguir invirtiendo en investigación y desarrollo de vacunas y tratamientos actualizados.

El informe también resaltó las consecuencias sociales y económicas de la pandemia. Los confinamientos, las restricciones de viaje y los sistemas de salud desbordados interrumpieron la vida cotidiana y dejaron cicatrices duraderas en las economías globales. La crisis de salud mental, agravada por el aislamiento prolongado y la incertidumbre, sigue siendo una preocupación urgente.

De cara al futuro, la OMS aboga por una mayor colaboración internacional para prevenir futuras pandemias. Esto incluye mejorar los sistemas de vigilancia de la salud global, invertir en infraestructura de salud pública y garantizar un acceso equitativo a los recursos médicos.

El legado del COVID-19 sirve como un recordatorio impactante de las vulnerabilidades en los sistemas de salud globales. Los datos de la OMS no solo reflejan el inmenso costo de la pandemia, sino que también subrayan la importancia de la preparación, la solidaridad y la vigilancia mientras el mundo navega hacia una era pospandémica.