Cuando los feligreses le preguntan a la reverenda Yesenia “Jessie” Alejandro sobre cómo llegar a la Iglesia de la Crucifixión, su respuesta siempre es la misma: ¡SEPTA y la Guagua 47!

SEPTA es el transporte por excelencia que utilizan los feligreses para poder llegar a la Iglesia de la Crucifixión, localizada en la calle Bainbridge al sur de Philadelphia. La mayoría de los feligreses forman parte de la comunidad latina que provienen de distintas partes de Philadelphia. Algunos vienen para escuchar el sermón de la sacerdotisa, otros para recibir su despensa todos los martes y viernes y otros para sentarse a conversar con Jessie sobre lo que les aqueja. 

“SEPTA es muy importante para nuestra comunidad porque nos une como latinos. La Guagua 47 es la guagua que muchas de las personas latinas conocen. Para nosotros en la iglesia, la guagua ha sido de mayor importancia”, confesó la reverenda a AL DIA. 

Cuando Jesse migró de Puerto Rico a Philadelphia en 1991, no sabía cómo usar el transporte público para recorrer la ciudad. Así que le preguntó a su tía, quien vivía en la ciudad desde hace un tiempo, cómo ella hacía para moverse por la ciudad y áreas limítrofes.  

“Tu te vas a montar en la guagua y te va a llevar hasta el centro de la ciudad”, le contestó su tía. 

Desde ese entonces, Jessie comenzó a utilizar el transporte de SEPTA para cumplir con sus diligencias diarias y conocer la ciudad. 

Sobre la reverenda Jessie Alejandro

Jessie Alejandro es la primera sacerdotisa hispana en la diócesis episcopal en Pennsylvania. Desde que llegó a la Iglesia de la Crucifixión, se ha destacado por ofrecer sermones bilingües y utilizar la música latinoamericana para llevar la palabra de Dios. 

“Siempre nos une dos cosas: el ritmo de la música y la comida. Cuando nos unimos en estos dos aspectos, creo que nace algo más lindo. Si tengo que dar la eucaristía bailando, lo hago porque es algo íntimo de uno y es algo que uno quiere expresar tanto que uno no se puede contener”, dijo Jessie. 

A preguntas de AL DIA sobre la importancia de la representación de las mujeres en la iglesia, la reverenda aseguró que se ha ganado la confianza de los feligreses como sacerdotisa, sobre todo con las niñas y mujeres que llegan hasta la iglesia. Las niñas quieren seguir sus pasos mientras que las mujeres adultas se sienten más entendidas y escuchadas al contar con una sacerdotisa. 

“Es algo bonito que las niñas y mujeres se sientan que las estamos representando como mujeres latinas y que puedan también llegar donde sienten que Dios las está llamando. Cuando las mujeres entran, a veces hasta se sorprenden y me dicen: ‘pues puedo llamar a la madre o puedo contarle a la madre porque ella me va a entender’”. 

Además de reverenda y sacerdotisa, a Jessie también se le conoce como “la madre del pueblo”. Este apodo, fue puesto por los mismos feligreses y personas de la comunidad. 

Jessie nació y se crió en el pueblo de Barranquitas, Puerto Rico. Actualmente, se encuentra trabajando en una nueva iniciativa llamada “iglesias pop-up”. Este proyecto arrancará a mediados de septiembre con la intención de llegar a más personas y comunidades mientras la Iglesia de la Crucifixión pasa por un proceso de remodelación. 

Según contó, la mayoría de los feligreses llegarán a las iglesias pop-up a través del transporte de SEPTA. 

“Para mí y para las personas que vienen a la iglesia, la guagua ha sido bien importante para llegar aquí y conseguir lo que ellos necesitan”, concluyó la reverenda Jessie.

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