Las protestas que tomaron el Viejo San Juan pidiendo la renuncia del Gobernador Ricardo Rosselló comenzaron de a poco. Una mujer solitaria, de pie a lo largo de la ruta que normalmente toma Rossello en su trote diario, levantó un cartel que decía "Ricky Resign" (Ricky Renuncia). Pronto, el ruido se volvería ensordecedor. Finalmente, la gente de Puerto Rico se ha cansado y está tomando las calles.

Internet explotó después de una publicación por parte del Centro de Periodismo de Investigación de más de 900 páginas de textos de lo que se conoce como #TelegramGate, llamado así por el chat privado utilizado por el gobernador y su círculo íntimo.

En el chat, al parecer, el grupo desacreditó a todos los que tuvieron al alcance. La Alcalde de San Juan, Carmen Yulin Cruz. La ex ponente del Consejo de la Ciudad de Nueva York, Melissa Mark-Viverito, a quien Rosselló llamó "puta", e incluso el cantante puertorriqueño Ricky Martin.

Esta debacle se produce después del arresto de dos ex funcionarios del gobierno puertorriqueño y otros cuatro miembros de primer nivel como parte de una investigación federal de corrupción que sacudió a la administración de Rosselló.

Martin, defendiéndose de ser llamado "machista" por Rosselló en el chat, le pidió cortésmente que renunciara porque no estaba en condiciones de ser gobernador.

Después de la filtración de los chats en Telegram, Rosselló despidió a casi todo su círculo interno, pero fue en vano.

Al igual que una bola de nieve que se convierte en una avalancha proverbial, todos los que forman parte de la cultura puertorriqueña saltaron a la refriega. Bad Bunny, Residente Calle 13 (nom de guerre del cantante René Pérez), CEOs del sector privado, uniones, asociaciones empresariales, agricultores.

Desde la semana pasada, se realizaron protestas, con música y consignas, frente al edificio del Capitolio, en las Plazas del Viejo San Juan, en la playa de Escambron, y frente a la mansión del gobernador, La Fortaleza. Cuando se les preguntó por qué estaban allí, los manifestantes respondieron enumerando un largo conjunto de quejas.

"Él no es mi gobernador, no me representa", dijo Carmen Alvarez, una de las manifestantes.

 "Esto es lo que sucede cuando tienes un capitalismo sin restricciones y un neoliberalismo tóxico en una colonia maltratada", dijo el profesor Fabio Torres.

 "¡Usar la palabra en español para puta al describir a una oponente política es violencia política!", dijo Saheyla Rodríguez.

El sentimiento fue cristalizado por Janelle Santana Andino, Presidenta de la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes de la Universidad de Puerto Rico cuando dijo:

 “Nos consume la rabia y la indignación, porque no basta con pedir perdón, cuando pedirlo no proviene del arrepentimiento, sino de sentirse atrapado. Hemos vivido bajo un pseudo líder que en privado muestra su falta de valores, odio, discriminación, burla y violencia hacia nuestro pueblo. Violencia que hoy nos ha llamado a responder, caminar por las aceras, calles, pasillos y oficinas en toda la ciudad, y especialmente en nuestra Universidad de Puerto Rico. Debemos unirnos y decir ‘Basta’ a los abusos y palizas. Hoy marcho por un futuro mejor, por nuestra dignidad, por nuestra jubilación, por nuestra juventud y por nuestro país, porque NO merecemos lo que hemos recibido”.

Varias personas tenían otras opiniones.

Un hombre que caminaba por la protesta preguntó: "¿Por qué atacar al gobernador? ¡Él no fue el arrestado!” dijo con acento colombiano. O la amarga vergüenza expresada por María de Lourdes Rodríguez, una autoproclamada votante a favor de la estadidad:

"Rosselló no solo debe renunciar, sino que también debe ser procesado por mala conducta".

Una cosa es obvia. Existe un anillo de oposición cada vez mayor al gobernador, a su equipo, a sus ex funcionarios arrestados y al partido PNP. Y no está claro cómo van a contener esta avalancha.

[node:field_slideshow]