Se busca: Alcalde responsable para encargarse del centro de energía de Filadelfia
Hace ocho años, Filadelfia no era un lugar en el que la gente hablara sobre la sostenibilidad. Fue Nutter quien cambió la conversación sobre las inquietudes…
El alcalde Michael Nutter supervisó la destrucción lenta del sistema escolar de Filadelfia. La lista de deficiencias percibidas por parte de su gobierno es larga y está bien documentada. En cierto sentido, el próximo alcalde llegará a arreglar muchas cosas que salieron mal durante los últimos ocho años. Pero por lo menos hay una categoría en la que Nutter realmente impone una alto estándar de pionero ante al próximo alcalde.
Hace ocho años, Filadelfia no era un lugar en el que la gente hablara sobre la sostenibilidad. Fue Nutter quien cambió la conversación sobre las inquietudes ambientales en una forma consistente y exigente, dice Mark Alan Hughes, director del nuevo “Kleinman Center for Energy Policy” de la Universidad de Pensilvania. Hughes también fue el primer director de la Oficina de sostenibilidad del Alcalde.
Nutter cambió lo que Filadelfia consideraba que era posible en términos de su visión ecológica. Estableció un marco y luego implemento un sistema de evaluación de la responsabilidad. Cada año, el “Greenworks Progress Report” revisa exhaustivamente el proceso del gobierno en 15 categorías específicas –reciclaje, emisiones EMT, acceso local a los alimentos, y si, accesibilidad a bicicletas – y medimos el progreso del gobierno. Nutter aprobó su propia prueba. “Filadelfia ahora puede entrar competir con las ciudades más modernas del país sobre el tema más moderno, que es la sostenibilidad”, dijo Hughes.
Ese es el legado luminoso que deja Nutter para que sea desarrollado o se deje marchitar. El próximo alcalde tendrá que lidiar con un capítulo complicado con respecto a la sostenibilidad de Filadelfia, y se titula centro de energía.
La versión corta de la historia es esta: crear un gasoducto desde la región Marcellus Shale para canalizar el gas natural dentro de la ciudad para su procesamiento, consumo y distribución en todo el mundo. Para obtener más información, los animo a leer estas perspectivas generales más detalladas. El centro sería un titán. Es el prospecto industrial y económico más grande que podría llegar a Filadelfia y necesitamos a alguien que pueda hacerse cargo del mismo de forma responsable.
Contamos con candidatos apoyados por los trabajadores como Jim Kenney y Anthony Williams quienes preventivamente le han dado la bienvenida al centro. Se está hablando mucho sobre “atraer empleo, reducir la pobreza”. Contamos con muchos “incentivos a favor del crecimiento” y “apoyo a la pequeña empresa” y “fuerza laboral estable”. Sobre el centro de energía, como en la mayoría de los temas de la plataforma de los alcaldes, tenemos de todo excepto detalles.
¿Cuáles son entonces las características de un verdadero defensor del centro de energía?
“Cualquiera de ellos podría hacerlo”, dice Hughes. “Aún es un tema abierto para que cualquiera de los cinco candidatos pueda ofrecerse”.
El problema con el diálogo en este punto es que ha sido de dos frentes. Los testimonios a favor o en contra han procedido respectivamente de los grupos involucrados en el comercio, por una parte, y el medio ambiente, por otra. Un funcionario electo que busca un marco completo podría ofrecer mucha legitimidad a este tema, ampliar la conversación, y acercarnos a algún tipo de consenso.
“Es fácil entrar a la guerra de trincheras si sólo se tienen dos lados. Un lado dice, no, no, no, ‘quiero hacer mucho dinero en esta industria, quiero construir mi propio gasoducto’. Y el otro lado dice ‘calidad de aire y agua, necesitamos tener una estrategia de energía alterna.’ Eso puede conducir rápidamente a un punto muerto”.
Entre más amplia la conversación, mejor para el consenso. Se requiere de mayor participación además de la de los defensores del medio ambiente y las organizaciones a favor del gas natural como Philadelphia Energy Solutions y las Cámaras de comercio de Filadelfia. Debe haber terceros como los grupos de expertos de las universidades a quienes Hughes califica como “constitucionalmente receptivos” que presenten más información a considerar. Se necesita realizar e integrar investigaciones para tener un diálogo integral.
Ya existen cifras que proponen al centro como una estrategia económica importante a corto plazo, pero las apuestas ambientales que hacemos con respecto al futuro son más inciertas. Así que sin pensarlo mucho, Hughes dice que la pregunta más clara que debemos abordar es “¿cuándo dejaremos de usar gas natural?”. “Necesitamos aceptar que estamos construyendo un puente y no un camino sin fin”, dice Hughes. “En los términos más sencillos, ¿estamos preparados para ser adultos y decir, escuchen, tenemos un montón de objetivos aquí, y la característica más básica de este puente que estamos construyendo es que nos subimos a y bajamos de él. Y nos bajamos mediante un acuerdo sobre una fecha bastante segura. No nos importa cómo dejaremos de depender totalmente del carbón en treinta años, pero aceptamos que dejaremos de depender del carbón en treinta años”.
Si eso significa 20, 30 o 40 años o más, es lo que se debe debatir. Pero primero, la mesa. Luego, el alcalde que la moderará. Hughes dice que existe un gran riesgo de retroceder. Apresurar el desarrollo del centro produciría una situación “de desorden insensato” que sería dañina para la salud, imagen y vecindarios futuros de la ciudad. Y existen grupos hambrientos por el centro que están ansiosos por avanzar con esto de la manera más rápida posible.
El planteamiento basado en el consenso es el curso de acción de preferencia, y el alcalde de preferencia es aquel que lo sabe.
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