El jueves por la noche, la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Añez Chavez, publicó un vídeo en Twitter en el que confirmaba que había dado positivo en la prueba del nuevo coronavirus. 

"Voy a estar en cuarentena durante unos 14 días hasta que me hagan una nueva prueba para ver cómo estoy. Me siento bien, me siento fuerte, voy a seguir trabajando de manera virtual desde mi aislamiento", dijo a sus electores en Twitter.

Esta noticia llega en un momento difícil para los bolivianos ya que están viendo un aumento de los casos de COVID-19. 

El país de casi 11,7 millones de habitantes tiene más de 44.100 casos y más de 1.600 muertes. 

Según el Centro de Recursos del Coronavirus de Johns Hopkins, esto coloca a la nación sudamericana en el número nueve a nivel mundial en términos de muertes por cada 100.000 residentes.

Si la presidenta interina sufriera alguna complicación, no hay un sucesor claro ya que llegó al poder sin un vicepresidente.

Añez es la segunda líder de Sudamérica y la tercera de la región latinoamericana en contraer el virus. 

El martes, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dio positivo en la prueba del coronavirus. Esto vino después de meses de descartar el virus y llamarlo "pequeña gripe". El Brasil es el segundo país del mundo con mayor número de casos y muertes, sólo por detrás de los Estados Unidos. 

El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue hospitalizado a mediados de junio durante 16 días después de que confirmara que tenía el virus.

En la semana anterior a que se supiera que el dirigente de Bolivia tenía el virus, muchos funcionarios de menor rango y dos miembros de su gabinete también dieron positivo. Eran la ministra de Salud, Eidy Roca, y el ministro de la Presidencia, Jerko Núñez, que fue hospitalizado debido al aumento de las complicaciones de salud. 

Añez ya era una figura odiada en el Estado Plurinacional de Bolivia antes de que el país se convirtiera en una de las naciones más afectadas de la región debido a COVID-19. 

Añez proclamó que era presidenta el 12 de noviembre del año pasado. Su presidencia ha estado marcada por la reacción pública por el exilio del primer líder indígena del país, Evo Morales, a pesar de que la mayoría de la gente es de origen indígena. También ha tratado de deshacer muchas de las políticas de izquierda puestas en práctica por la administración anterior. 

Antes de que Añez asumiera el cargo, Morales intentó presentarse a un cuarto mandato sin precedentes, pero después de unos resultados electorales controvertidos y de la presión de un golpe militar para que se retirara, abandonó el país. 

Morales afirmó que los Estados Unidos apoyaban el golpe militar y siguió profesando esto después de que la Casa Blanca Trump emitiera una declaración elogiándolos.

"Estados Unidos aplaude al pueblo boliviano por exigir la libertad y a los militares bolivianos por cumplir su juramento de proteger no sólo a una persona, sino también la Constitución de Bolivia.  Estos eventos envían una fuerte señal a los regímenes ilegítimos de Venezuela y Nicaragua de que la democracia y la voluntad del pueblo siempre prevalecerán", escribió la Casa Blanca. 

Morales ha sido un refugiado político primero en México y luego en Argentina. Sigue siendo el jefe del Partido del Movimiento Socialista (MAS), pero la administración de Añez le ha prohibido presentarse a las elecciones de 2020, ya que aprobó una enmienda que limita a los presidentes a cumplir sólo dos mandatos. 

La ausencia de Añez durante dos semanas mientras el público sufre los efectos de la crisis de salud pública podría reducir aún más sus posibilidades en las elecciones generales que se celebrarán dentro de dos meses. 

Las elecciones generales bolivianas debían celebrarse el 3 de mayo, pero se pospusieron al 6 de septiembre debido a la pandemia. 

El candidato presidencial del MAS para 2020, Luis Arce, es el favorito para ganar las elecciones generales. Fue Ministro de Economía y Finanzas Públicas bajo el gobierno de Morales y el ex líder aún asesora su campaña mientras está en Argentina.  

Debido a su continua participación en la política electoral boliviana, el 6 de julio el Fiscal General de Bolivia acusó a Morales de terrorismo y de financiar el terrorismo desde su exilio. 

Siete ex funcionarios de su administración también son objeto de ataques, pero se encuentran en régimen de asilo en la embajada de México en La Paz.

El MAS sigue teniendo una mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y el Senado de Bolivia. 

Una encuesta temprana publicada por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) muestra que Arce lidera con 41,9% y su rival más cercano, el ex presidente Carlos Mesa, está 15,1 puntos por detrás. 

La autoproclamada presidenta Añez se ubica en tercer lugar, 28,5% detrás de Arce.