Nunca es tarde para pedir perdón. Y bien lo sabe Alberto Fujimori, presidente que gobernó Perú con mano autócrata entre 1990 y el año 2000, quién el martes envió un mensaje desde su lecho de hospital para “pedir perdón de todo corazón” a todos aquellos conciudadanos a los que hubiese decepcionado.

El mensaje de video, posteado en Facebook, es la primera declaración pública tras el polémico indulto “humanitario” concedido en la vigilia de Navidad por el actual presidente Pedro Pablo Kuczynski.

“Soy consciente que los resultados durante mi gobierno fueron bien recibidos por una parte de la población pero reconozco que he defraudado también a otros compatriotas: a ellos les pido perdón de todo corazón”, dice un Fujimori con aspecto debilitado desde su cama de hospital, donde fue ingresado el sábado por un problema de arritmia.

Fujimori – cuyo gobierno de mano dura se caracterizó por duras represiones de derechos civiles y la represión contra partidos insurgentes - admite en el video que el indulto le produjo “un fuerte impacto en el que se mezclan sentimientos de extrema alegría y al mismo tiempo de pesares” y dice sentir una “profunda gratitud” a Kuczynski por el indulto.

Por otro lado, Fujimori confirmó su compromiso de apoyar al presidente Kuczynski en su labor de buscar el entendimiento y la reconciliación del país.  

Muchos peruanos han demostrado su rechazo al indulto ofrecido por Kuczynski. Más que como un gesto “humanitario”, lo ven como una forma de agradecer la reciente intervención del hijo de  Fujimori, Kenji Fujimori, en el parlamento peruano para salvar la cabeza de Kuczynski,  reportó el diario barcelonés La Vanguardia.

Hace poco, se destapó que una empresa de Kuczynski estaba implicada en la trama de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht. Antes las acusaciones de haber recibido sobornos, Kuczynski tuvo que afrontar en el Congreso una moción de destitución. Finalmente, la moción fue rechazada gracias a la abstención de diez delegados fujimoristas “tildados de díscolos en su grupo parlamentario –entre ellos, Kenji Fujimori–, “lo que hizo pensar que se había llegado a un pacto con el presidente para que salvara la cabeza a cambio del ansiado indulto”, según La Vanguardia.

A parte de llevar a la gente a la calle a protestar, la decision de Kuczyinski de indultar a Fujimori también ha sido criticada por activistas y defensores de derechos humanos en Latinoamérica, que ven al ex presidente como un dictador que no ha pasado cuentas con la justicia.

“Fue el antifujimorismo el que le hizo presidente, y por eso ese mundo se sintió especialmente traicionado. A partir de ahora PPK, (Partidos por el Kambio, el partido de Kuczyinski)  ya no podrá apoyarse más en el antifujimorismo, tendrá que buscar a los Fujimori como aliados”, observa El País. Y añade: “El PPK se ha salvado y ahora puede contar con una agresividad mucho menor de los fujimoristas, al menos de momento. El tiempo dirá si el precio que ha pagado ha sido demasiado alto”.