En el último año, los asesinatos en Filadelfia han tenido un pico significativo, casi el 23% del año anterior. 

El 22 de julio, el presidente Donald Trump abordó la tasa de criminalidad en Filadelfia, y llegó a amenazar con enviar agentes federales para combatir el aumento de la violencia. Hasta la fecha, ha habido 232 homicidios en Filadelfia.

El 6 de julio, 23 personas fueron baleadas en toda la ciudad, siendo este el mayor número en un solo día desde 2013. De ellas, seis víctimas murieron, incluyendo un niño de seis años que se cree que fue disparado por accidente por un niño de cinco años. Aunque, eso no fue lo peor. El fin de semana del 4 de julio, 35 personas más recibieron disparos entre el viernes por la mañana y el domingo por la noche. 

Kendra Van de Water, directora de la Iniciativa de Homicidios Intrafamiliares de la Asociación Anti-Violencia (AVP), habló con AL DÍA sobre las comunidades negras y morenas de la ciudad que se enfrentan a lo peor de la epidemia de violencia con armas de fuego, experimentan discriminación sistémica, racismo, pobreza, y también están recibiendo lo peor de COVID-19.

AVP trabaja con múltiples servicios para víctimas en el noreste de Filadelfia, norte-centro y así sucesivamente. 

Trabajan en colaboración a través de las secciones de la ciudad para crear una sola hoja donde las víctimas de toda la ciudad son rastreadas. 

Además, Van de Water creó un grupo de trabajo para mejorar las comunicaciones dentro de las organizaciones comunitarias y las unidades de homicidios para apoyarse mejor. Los grupos comunitarios incluyen: Madre a cargo, Operación Salvar Nuestra Ciudad, y Cada Asesinato es un Centro de Curación Real.

Uno de los recursos proporcionados a las víctimas de traumas relacionados con el homicidio, es un libro llamado The Survivor's Burial and Resource Guide (El entierro del sobreviviente y guía de recursos) producido por una mujer negra que vivió los traumas de perder a alguien. 

En un comunicado de prensa de la AVP, decía: "sin un espacio y los recursos para el aprendizaje y la curación, los ciclos de violencia se perpetúan".

Van de Water explicó que durante una época en la que hay un pico de asesinatos en toda la ciudad diversa, es importante darse cuenta de que no todos tienen las mismas necesidades durante un homicidio. 

"Hay desconfianza con la policía, con el fiscal del distrito, con todos. Es mucha defensa. Es importante encontrar esos contactos directos dentro de esos sistemas con los que se construye personalmente una relación que si un miembro de la familia o un sobreviviente no recibe algo que necesita, entonces se puede intervenir", dijo.

En cuanto a la ayuda virtual en medio de COVID-19, Van de Water dijo que definitivamente hay elementos perdidos. 

"El mayor problema es si todo el mundo tiene acceso a Internet y capacidad de teléfono", dijo Van de Water. 

Lidiar con el asesinato de una persona es difícil en general, y más aún si es un ser querido quien es la víctima. Son los servicios en persona de AVP los que más se adaptan a estas situaciones, pero la pandemia ha forzado un formato virtual a estas reuniones a menudo íntimas.

"Hay una gran diferencia entre tener una conversación sobre un asesinato por teléfono que ir a tu casa y mostrarte que te apoyo de una manera diferente. Así que creo que esas son definitivamente grandes barreras que estamos superando", dijo Van de Water. 

Por último, cuando se le preguntó por qué cree que ha habido un aumento en los casos de asesinato, Van de Water lo achacó a la pobreza endémica que sufren muchas comunidades y que sólo se ve agravada por la pandemia.

"La gente no está aquí matando a otros sin razón. Hablamos del asesinato como algo sin sentido. La gente vive en la pobreza. La gente no tiene acceso a oportunidades económicas. La gente sólo intenta sobrevivir. Si estás en una guerra por drogas o armas, en última instancia tiene que ver con el dinero", dijo.

En última instancia, entonces, el aumento de los asesinatos tiene que ver con cuestiones largamente ignoradas. 

"Si no abordamos estos problemas sistémicos, la violencia va a aumentar", dijo Van de Water, añadiendo que el calor del verano también tiene un efecto negativo.   "Vemos que con la pandemia, vemos que a medida que avanza el verano. Ya estabas en la pobreza, pero con la ola de calor tienes un temperamento".

Durante un tiempo de disturbios civiles y de lucha por el cambio, Van de Water ve como un momento en el que el cambio sistémico puede finalmente ocurrir, pero instó a los manifestantes a no perder de vista ese deseado cambio profundo.: "Tratamos de saltarnos la capa. La gente tiene buenas intenciones. Queremos hacer una marcha por la paz, o sólo queremos la paz", dijo Van de Water. "No podemos llegar a la paz si no abordamos estas cosas sistémicas y tratamos de poner banditas sobre temas que han sido estructurales y estructuralmente violentos durante tantos años."

Para conseguir algo más que tiritas, terminó abogando por voces más diversas a cargo de abordar los temas.

"Necesitamos gente diferente en la mesa. Necesitamos un liderazgo diferente", cerró Van de Water.