A medida que el estado de alarma por pandemia de coronavirus se prorroga otros quince días más en España, la preocupación de expertos y familias por la salud mental de los niños confinados en sus casas desde hace más de un mes ha hecho que se tomen medidas urgentes, más si cabe porque el país europeo es uno de los pocos donde las salidas de los niños a la calle estaban prohibidas. 

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha anunciado que a partir del próximo 27 de abril los niños podrán salir a la calle de forma “limitada y controlada”, después de que el Ejecutivo regional de Cataluña fuera el primero en hacer llegar a sus centros educativos, por su cuenta y riesgo, misivas en donde anunciaban que los pequeños iban a poder salir de sus casas. 

“Un rato al día”, eso fue lo que dijo ayer el presidente español acerca del tiempo que podrían salir los niños de las casas. Sin ninguna concreción acerca de las franjas horarias, algo que espera que acabe por definir esta semana el comité científico que ha dado luz verde a la iniciativa. 

Los paseos, eso sí, se haría acompañados de un adulto y siempre manteniendo la distancia social de 2 metros, respetando la higiene de manos y con mascarillas -el Ministerio de Sanidad anunció que se fabricarían unidades de talla infantil-. 

Sánchez también señaló que el gobierno es bien consciente de la situación que viven muchos niños, encerrados en hogares de menos de 50 m2, y su necesidad de “salir a oxigenarse”, pero dejó claro que la nueva medida queda supeditada a la situación del sistema sanitario y que de haber un rebrote de la pandemia en España se anulará de inmediato. 

Adelantándose al anuncio presidencial, la región de Cataluña, que tiene algunas competencias en ámbitos como la Sanidad y la Educación, propuso un plan más específico para “liberar” a los menores, aunque queda supeditado a la decisión del Ejecutivo central.

De esa forma, a partir de la próxima semana los niños catalanes podrán salir a dar paseos cortos, pero no podrán jugar en parques, entrar en comercios ni consumir ninguna bebida o alimento fuera de sus casas.

También se han creado unos horarios de paseos de acuerdo a la edad de los menores, con turnos de dos horas en dos horas, y así como unas recomendaciones entre las que se incluye que menores no utilicen el ascensor o que usen mascarilla desde los 3 años.

“No tendremos una normalidad como la de antes nunca más”, declaró la representante catalana de Sanidad, Alba Vergés durante una entrevista. 

A pesar de las diferencias entre ambos gobiernos -os reclamos soberanistas del gobierno catalán continúan en plena pandemia-, en algo sí coinciden para variar: 

La salida de los menores es necesaria para su salud mental, pero al menor apunte de rebrote de la pandemia todos volverán a estar confinados en sus casas.

Esa es la nueva normalidad “progresiva” hacia la que se transita en España, donde la incertidumbre respecto a las consecuencias de este aligeramiento de la cuarentena son imprevisibles.