El día de ayer, y previo a la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos, una sesión de tres horas se llevó a cabo para intentar llegar a un acuerdo entre el bloque de 14 países que se opone a las medidas del gobierno de Nicolás Maduro y busca medidas humanitarias, y la junta de países del Caribe (Caricom), quienes respaldan al gobierno heredero de Chávez.

“Tenemos que continuar el diálogo”, afirmó el canciller de Guatemala Carlos Raúl Morales, quien propuso la búsqueda de una nueva fecha para continuar el diálogo diplomático.

La propuesta del bloque de 14 países planteaba la reconsideración de la Asamblea Nacional Constituyente propuesta por Nicolás Maduro – que pretende modificar la constitución de Hugo Chávez de 1999 – y fracasó por 20 votos a favor, 8 abstenciones, 5 en contra y una ausencia, la de Venezuela.

La contra-propuesta era la de San Vicente y las Granadinas, que sugería tan sólo buscar una vía de diálogo en el país, sólo obtuvo 8 apoyos, 11 abstenciones, 14 en contra y la misma ausencia.

Ante el fracaso en conseguir los 23 votos necesarios, once países del bloque suscribieron una dura declaración sobre la crisis venezolana, expresando asimismo su decepción por la falta de consenso regional para aprobar una resolución.

El texto, firmado por Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Estados Unidos, Honduras, Guatemala, México, Paraguay y Perú, destaca la necesidad de insistir en “una salida concertada por parte de todos los actores venezolanos” y que contemple algunas condiciones como el cese de la Asamblea Constituyente, la liberación de los presos políticos, el cese de las detenciones arbitrarias y el uso de tribunales militares para procesar civiles.

Asimismo, el texto insiste en la necesidad de poner fin a la violencia, exige el respeto de los derechos humanos y del orden constitucional, y asegura la urgencia en la restitución de los plenos poderes de la Asamblea Nacional y el establecimiento de un calendario electoral.

Mientras la mayoría de los países pertenecientes a la OEA batallaban diplomáticamente por lograr un consenso con respecto a la crisis en Venezuela, las calles del país se inundaban de personas quienes manifestaban por 80va vez en contra del gobierno de Nicolás Maduro.

Pero esta vez la represión se fue de las manos.

Desde el mes de febrero, la ciudadanía venezolana ha denunciado a nivel mundial el exceso en el uso de las fuerzas de represión y orden público durante las manifestaciones (en principio) pacíficas, convocadas por la bancada opositora en contra de las medidas autócratas de Nicolás Maduro.

La oposición venezolana organizó una manifestación llamada “Venezuela toma Caracas”, para aumentar la presión contra la constituyente que el presidente pretende imponer el 30 de julio, y solicitar el pronunciamiento de la OEA con respecto a la crisis.

Más de 60 personas han fallecido por heridas horizontales de bombas lacrimógenas, traumatismos y heridas por arma de fuego.

Pero el día de ayer, las escasas medidas de control del Presidente sobre las fuerzas del orden público no fueron suficientes, y las cámaras internacionales captaron varios momentos en los que Guardias Nacionales Bolivarianos empuñaban armas de fuego contra los manifestantes.

La marcha estaba convocada en 26 puntos de concentración, y los efectivos militares intentaron bloquear las entradas a la ciudad y a los medios de transporte, y procedieron a reprimir las concentraciones inmediatamente, utilizando gases lacrimógenos, cisternas y perdigones.

De acuerdo a los reportes de centros médicos en la capital, el día de ayer hubo 120 personas heridas, 35 por bombas lacrimógenas, 42 por traumatismos – fracturas por impactos de esferas de plomo, tuercas y balas de goma – y un muerto por herida de bala.

Fue en la autopista de Altamira, donde los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana abrieron fuego de manera frontal contra la manifestación, hiriendo a más de tres personas y quitándole la vida a un joven de 17 años.

El alcalde del municipio Chacao, Ramón Muchacho, declaró que el joven Fabián Urbina había fallecido por un impacto de bala “en el pecho”.

Una imagen tomada por Reuters hizo eco del hecho y ha recorrido el mundo a través de las redes sociales. Según reportó el mismo medio “En imágenes de Reuters y de medios locales se puede ver a un grupo de manifestantes persiguiendo a un contingente antidisturbios de la Guardia Nacional hasta que un miembro de esa fuerza aprieta el gatillo varias veces de lo que parece ser una pistola”.

Ante las denuncias y la presión de los medios, el ministro del Interior Néstor Reverol – quien es el responsable y dirigente de las fuerzas del orden público en el gabinete de Maduro – confirmó en su cuenta en Twitter que habían varias personas heridas y “un fallecido por arma de fuego”. Asimismo, el ministro indicó que “la hipótesis principal dentro de la investigación iniciada por estos hechos se presume el uso indebido y desproporcionado de la fuerza”.

De la misma manera, el defensor del pueblo Tarek William Saab y el jefe de la Guardia Nacional Antonio Benavides, anunciaron a través de sus respectivas cuentas de twitter la investigación y detención de los efectivos implicados en los hechos.

Por su parte, dirigentes de la oposición han culpado directamente al ministro Néstor Reverol por “dar las órdenes” de reprimir con armas de fuego. El presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, declaró que “Fabián fue asesinado, como lo vio toda Venezuela, a manos de la GNB por las órdenes de Néstor Reverol”.

La oposición venezolana ha convocado el día de hoy a un homenaje al adolescente fallecido y una movilización hacia la sede de la OEA en Caracas.