La inteligencia de los Estados Unidos ha hecho entrega de un reporte de cuatro páginas en el que la Casa Blanca ha determinado que los gobiernos sirio y ruso han pactado en una estrategia para intentar confundir a la comunidad internacional sobre el uso de armas químicas en contra del pueblo de Bashar Al-Assad, según reporta el New York Times.

Si bien los agentes de inteligencia, que han permanecido anónimos, no aseguran que Rusia supiera con anterioridad el uso que tendrían las armas o el momento en el que serían detonadas, sí han determinado que Moscú tendría como meta encubrir la responsabilidad del régimen sirio.

Considerando el historial de colaboración entre ambas naciones, uno de los oficiales considera que Rusia debe responsabilizarse por los ataques, asegurando que había personal ruso en la base utilizada para lanzar el ataque químico.

“¿Cómo es posible que sus fuerzas estuvieran ubicadas junto con las fuerzas sirias que planearon, prepararon y llevaron a cabo este ataque con armas químicas en las mismas instalaciones, pero no tuvieron conocimiento previo del hecho?” dijo uno de los oficiales del informe, según CNN.

Según continúan las declaraciones, los agentes consideran que los alegatos de Rusia son consecuentes con el hábito de Moscú de culpar al régimen e intentar desestimar la credibilidad de sus oponentes. Frente a las preguntas de los medios un exasperado Putin dijo que el asunto era “muy tedioso”.

Por su parte, el Presidente Trump no ha respondido a las preguntas sobre el rol de Rusia en el ataque químico, pero el secretario de prensa Sean Spicer aseguró que, a pesar del reporte, no existe un “consenso dentro de la comunidad de inteligencia” sobre si Rusia habría sido cómplice en el ataque.