Mientras las multitudinarias protestas por la muerte de George Floyd han tomado distintos tonos, unas pacíficas y otras escalando en violencia hasta grados que Estados Unidos llevaba años sin ver, la respuesta de las autoridades ha sido variable.

Ayer, por ejemplo, la vicegobernadora de Minnesota, Peggy Flanagan, anunció que empezarán una investigación extensiva sobre las prácticas y políticas de la policía de Minneapolis durante los últimos diez años, según dio a conocer NPR.

Por otra parte, la respuesta de la Casa Blanca parece ser apagar el fuego con fuego y el Comisionado interino de Aduanas y Protección de Fronteras de los Estados Unidos (CBP), Mark Morgan, anunció en un twitt que estarían enviando agentes y oficiales e incluso activos de aviación a las protestas que devinieran en disturbios.

La presencia de agentes de ICE también ha sido confirmada por Axios, que contactó agentes tanto de la CBP como de ICE.

Si bien la portavoz de ICE contactada por Axios insistió en el respeto de la agencia por los derechos de los manifestantes –incluido el de la protesta y libre expresión– y en que no llevará a cabo operativos de inmigración durante las protestas, tanto ICE como la CBP tienen potestad para llevar a cabo arrestos.

La presencia de ICE y la CBP complejizan la participación de la comunidad migrante en las protestas actuales en la medida en que, incluso no llevan a cabo operativos de inmigración, el arresto podría hacer que un beneficiario de DACA pierda los privilegios otorgados por el programa o que ponga en una situación vulnerable a alguna persona cercana.

Entre tanto, ante la amenaza del Presidente Trump de invocar el Insurrection Act para usar fuerzas militares para acallar las protestas, tanto el Secretario de Defensa, Mark Esper –aún ante la posibilidad de poner su cargo en riesgo–, como  líderes Demócratas en congreso se han expresado en contra de la medida.