Como la prohibición del aborto y el nombramiento del primer magistrado evangélico en la Corte Suprema.

Los evangélicos en el Congreso se han convertido en un bloque poderoso, con un total de 112 de los 513 diputados, mientras que en la población brasileña ya representan 30% según estimaciones.

En un Estado laico como Brasil, la corriente del cristianismo protestante penetra en las altas esferas del poder. Bolsonaro espera promover aún más esta alianza de cara a las elecciones de octubre donde busca su reelección y que tiene como favorito al expresidente Lula da Silva.

"La religión se debe mezclar con la política. Esta es una representación de la sociedad de la que formamos parte y por tanto precisamos políticas evangélicas", afirma Rafael Moreira Macedo, conservador militante que hace campaña política con el actual presidente, también se eligirá a gobernadores y diputados, frente a la iglesia Asamblea de Dios Victoria en Cristo, de Penha.

La mayoría de los cristianos evangélicos declara firmemente su apoyo a Jair Bolsonaro repitiendo las mismas ideas de su discurso haciendo críticas a la izquierda por sus escándalos de corrupción y el mal manejo de Lula como presidente.

"No conozco a nadie que vote a Lula. Bolsonaro es contrario a todo lo que es pernicioso para los adolescentes y los adultos", afirma Alessandra Abreu, una estudiante de 22 años, evangélica.

De acuerdo con los últimos sondeos de cara a las elecciones, Lula se mantiene con una intención de voto del 44 %, frente a 31 % de Jair Bolsonaro.