Cómo Trump garantizó el éxito de la Caravana de Refugiados
Después de un difícil mes de viaje recorriendo Centroamérica hasta la frontera entre Estados Unidos y México, la Caravana de Refugiados ha llegado finalmente a…
Nada más peligroso para un presidente que el eco de sus palabras a través de los medios.
Fue gracias a la incisiva campaña de Donald Trump contra la Caravana de Refugiados centroamericana que miles de medios y varias organizaciones han seguido de cerca su viaje y, ahora, su lucha en puerta por un futuro mejor en Estados Unidos.
Pero esta gesta humanitaria no es nada nuevo. Se trata de un “viacrucis” anual, organizado por el grupo Pueblo Sin Fronteras, que pretende cada vez “visibilizar la crisis de violencia y corrupción en Honduras, El Salvador y Guatemala”, según explicó Univisión, y este es el quinto año de la organización de la caminata.
Esta situación es “parecida a la que se dio con los emigrantes haitianos que se acumularon en Tijuana tratando de pedir asilo hace dos años”, explica el diario español El País. “Entre unos pocos meses en 2016 llegaron alrededor de 8.000 haitianos que acamparon en la ciudad mientras el servicio de fronteras de Estados Unidos iba resolviendo sus casos”, explica el medio.
Si bien la intención del viaje anual “repleto de simbolismo”, es el de “atraer atención a una gama de temas que afectan a los centroamericanos que buscan refugio en países del norte”, fue la tradicional mediatización de Donald Trump contra el inmigrante lo que ha ayudado a unas primeras 50 personas a cruzar la frontera por los canales regulares y poner su caso sobre la mesa de evaluación de las agencias migratorias.
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Según reportó el New York Times, de los casi 1.200 inmigrantes que conformaban la caravana original, más de 150 estaban ya preparados y asesorados para pedir asilo ante los funcionarios de inmigración estadounidenses.
Organizaciones como Showing Up for Racial Justice, así como varios abogados voluntarios, “viajaron a Tijuana a apoyar a los migrantes en la recta final”, y según Nicole Ramos (una abogada voluntaria), sólo estaban enviando gente a la frontera cuyo caso fuera sostenible.
Aún cuando la caravana ha mantenido un proceso de asesoramiento sólido y ha insistido en llevar a cabo su solicitud por los medios regulares, funcionarios de la Agencia de Inmigración en la frontera han impedido su paso bajo el alegato de que “han agotado su capacidad para manejar personas que viajan sin documentos”.
Según explicó Alex Mensing, un miembro de Pueblo Sin Fronteras, a CNN, “50 inmigrantes fueron admitidos en el centro de procesamiento de inmigración , en el lado mexicano”, a pesar de que muchos esperaban ser procesados por funcionarios estadounidenses.
Mensing aseguró que los inmigrantes permanecerán en la puerta acampando hasta que los oficiales tengan capacidad para procesarlos.
Pero fue la campaña del presidente Trump lo que movilizó a decenas de simpatizantes estadounidenses hacia la frontera, ofreciendo albergue, comida y productos básicos, pero fundamentalmente presión civil y visibilidad a una realidad más latente que nunca.
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