La reunión del martes 12 de julio entre el presidente Biden y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se produjo un mes después de un punto bajo, en el que el presidente mexicano rechazó la invitación del presidente Biden a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles. 

López Obrador le dijo a Biden que sólo asistiría si se incluía a las naciones antidemocráticas Venezuela, Nicaragua y Cuba, pero después de instar sin éxito al presidente estadounidense, surgieron tensiones entre los dos países vecinos que hicieron tambalear la cumbre. Apenas un mes después, los dos líderes se sentaron en la Casa Blanca para discutir algunos de los mayores retos a los que se enfrentan los dos países, como la tecnología fronteriza, la enorme afluencia de migrantes en los últimos años y el aumento de los precios de la gasolina. 

El presidente mexicano inició el foro con un discurso de media hora que incluyó las políticas migratorias de Franklin D. Roosevelt y los acuerdos acordados posteriormente por ambos líderes. Con la tensión de la cumbre aún en ciernes, López Obrador no se mostró confrontado pero sí tocó algunos temas políticamente embarazosos, como los precios de la gasolina. 

"Mientras esperamos que los precios o la gasolina bajen en Estados Unidos", dijo López Obrador en un momento dado, "hemos decidido que era necesario que los estadounidenses que viven cerca de la frontera... puedan ir a buscar su gasolina en el lado mexicano a precios más bajos".

López Obrador terminó sus declaraciones pidiendo políticas migratorias más formalizadas para dar certeza y protección a los migrantes que durante años han "vivido y trabajado de manera honesta." Todo esto mientras se burla de los republicanos, a quienes probablemente no les guste el enfoque amistoso de Biden hacia los migrantes, las fronteras y México. Ambas partes querrán buscar permitir la migración legal, ya que los trabajadores pueden ayudar a nivelar los costos de la inflación y la escasez de trabajadores en los Estados Unidos.

Biden expresó sentimientos similares coincidiendo con muchas de las declaraciones "amplias" de López Obrador, llamando a la unidad entre ambas naciones ya que "nuestras naciones comparten lazos estrechos, familiares y de amistad", dijo Biden, calificando la reciente afluencia de migrantes como un "desafío hemisférico". 

El presidente estadounidense también citó los "titulares exagerados" como reacciones exageradas a las diferencias de ambas partes, y añadió la importancia de la unidad de los dos países para la mejora de todos. Los acuerdos de ambas partes contemplaban la ampliación del número de visados de trabajo expedidos, la protección de los trabajadores y la acogida de más refugiados. 

Otra de las sorpresas fue que Estados Unidos aseguró los fondos para la frontera después de años de muchos intentos fallidos por parte de la administración Trump. Los 1.500 millones de dólares se destinarán en los próximos dos años a potenciar y mejorar la tecnología fronteriza "inteligente". 

"Las fronteras que son más resistentes, más eficientes y más seguras, mejorarán nuestro comercio compartido", dijeron Biden y López Obrador en una declaración oficial conjunta. 

Los dos líderes hablaron a puerta cerrada, lejos de los periodistas, durante más de 45 minutos, en un momento en que Biden intensifica sus esfuerzos diplomáticos. Esta semana viajará a Israel y Arabia Saudí.