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Amarga celebración para la familia Rey

Mientras millones de familias en EE.UU. se reunieron para celebrar el Día de Acción de Gracias, dos familias en Texas no lo hicieron ya que hace un año…

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Jessse Chagoya y su esposa Adriana Chagoya recuerdan a sus siete seres queridos que murieron en un accidente hace un año y por el cual aún no hay definido ningún responsable.

Aprovechando los días de asueto por estos festejos, el 27 de noviembre del 2008, Adriana Chagoya decidió viajar desde Waxahachie (Texas) a El Mezquite, en el estado de Chihuahua. Ella deseaba conseguir una estufa de leña y por eso aceptó viajar al poblado del  norte de México junto con su hija Olga Rey y siete familiares más que asistirían allí a la celebración de Acción de Gracias en una iglesia evangélica.

Durante el trayecto, debido a la falta de señalamientos que avisaran que el puente por el que pasaban estaba incompleto, la camioneta SUV en la que viajaban se sumergió en las aguas del Río Conchos en Ojinaga (Chihuahua).

Chagoya fue la única sobreviviente del accidente en el que murieron ahogados su hija  Olga Rey, de 27 años; su yerno Carlos Rey, de 34; la sobrina de éste Kaylinn Ortiz, de 7; su consuegra Margarita Madrid, de 52, y sus nietos Daniela Rey, de 7, Gael Rey, de 2, y David López, de 5 años.

La mexicana de 51 años, originaria de Zacatecas, regresó a Texas junto con los siete cuerpos y un dolor en su alma que para ella aún sigue tan fuerte como el primer día, ya que a un año de la tragedia  no hay responsables de no haber puesto una señal en el puente.

La investigación de la Procuraduría de Chihuahua para establecer si hubo negligencia criminal o administrativa sigue aún en curso.

“Esa es mi agonía, cómo puede ser posible que no haya quien se haga responsable de esto, la verdad, yo ni sé, ni que pensar…nada más esperando y no hay respuesta, y para mí eso es triste, tal vez porque somos pobres no nos ponen atención, tal vez si tuviéramos dinero o fuéramos famosos, pero las cosas dejadas a Dios son bien buenas porque tarde que temprano va a caer el culpable de esto”, dice Chagoya desde la casa móvil en la que vive junto con su esposo, sus padres, su hija mayor y una de sus nietas.

Noe Rodríguez, cuñado de Margarita  Madrid, ha sido el vocero de ambas familias y contacto con  el representante del Gobernador de Chihuahua, quien visitó en el 2008 a las familias afectadas en Dallas.

“Buscamos la justicia porque por lo menos todo mundo sabe que fue una injusticia que no hubieran puesto una señal que dijera (que el puente no estaba completo)”, dice Rodríguez. “Si el chofer se hubiera quedado dormido o fuera su culpa, diríamos fue un error del chofer, pero no fue así… queremos que el gobierno nos diga esto pasó…que alguien asumiera responsabilidad por los hechos”.

Según el abogado que estaba a cargo del caso, José Ángel Gutiérrez, el pasado febrero envió una demanda al presidente de México, Felipe Calderón, y al gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza Terraza, pero hasta el momento no han obtenido respuesta. Óscar Nieto,  director de la Cohesión Social del Gobierno de Chihuahua, dijo que mientras la Procuraduría continúa con su investigación, su oficina busca cómo apoyar a las familias afectadas.

“No tengo información del estatus, pero tengo el día de hoy una junta con el subprocurador de Derechos Humanos porque la familia nos ha estado solicitando algún apoyo”, dijo esta semana Nieto en entrevista por teléfono y agregó que están viendo la posibilidad de apoyar económicamente o tal vez con ayuda psicológica a las familias.

Ayuda que llegaría un poco tarde para personas como Chagoya y Marina Ortiz, esta última, quien perdió a su hija Kaylinn Ortiz.

“No fueron animales los que fallecieron y el Gobierno mexicano así está actuando, no está tomando iniciativa en ver las necesidades”, afirmó entre lágrimas Ortiz,  de 30 años.

“El pasado 24 de agosto atenté contra mi vida, era el primer día de escuela… y pasamos por el cementerio y mi otra hija le dijo adiós a su hermanita…y yo no supe ni como regrese a la casa… el gobierno sigue su vida normal ¿Y nosotros?”.

Chagoya sabe cómo se siente Ortiz ya que ella ha vivido su propio calvario. Físicamente salió bien del accidente, pero los recuerdos la siguen hasta en sus sueños.

“Después de llevar a mi esposo al trabajo en lugar de irme a mi casa me iba al panteón en la madrugada, pero dejé de ir porque un día se acercó la policía, me vieron que estaba llorando y me dijeron que era peligroso que estuviera ahí, eran como las 4 de la mañana”. Ortiz viajaba en otra camioneta detrás de la de su hermano, es por eso que al igual que Chagoya siente temor al cruzar puentes o estar cerca superficies con agua. Ambas han recibido ayuda psicológica sin obtener mayores resultados.

Para Chagoya y Ortiz sus esposos han sido su gran apoyo.  Chagoya recibió un pavo de regalo, pero dice que cualquier otro día lo preparará. Ortiz  tampoco preparó una cena, pero si ayudó con una comida de Acción de Gracias para familias necesitadas. Ahora buscarán otro abogado y acudirán a la embajada estadounidense en Ciudad Juárez para ver si ellos los pueden ayudar ya que Carlos Rey y todos los niños que fallecieron eran ciudadanos de EE.UU.