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¿Chávez quiere desviar la atención? (actualizada 5:54 p..m.)

Opositores acusan a Chávez y Uribe de montar "cortina de humo" con conflicto.  

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La nueva advertencia del presidente venezolano, Hugo Chávez, que llamó a "prepararse para la guerra", ha vuelto a avivar la tensión con Colombia, en un permanente conflicto que la oposición venezolana ha calificado hoy de "cortina de humo".

Dirigentes opositores a Chávez dijeron que el presidente y su colega de Colombia, Álvaro Uribe, mantienen a sus países en esta situación de desencuentro, incluso con llamados a preparativos bélicos, como una "cortina de humo" que responde a las "agendas personales" de ambos.

En este sentido se expresó en un comunicado el líder del partido Primero Justicia, Julio Borges, quien instó a los dos mandatarios a pensar "primero en los pueblos" y respaldó el empeño del presidente de Brasil, Luiz Ignácio Lula da Silva, por intentar reunir este mismo mes a Chávez y Uribe en la ciudad brasileña de Manaos.

"La única solución a esta grave crisis entre Venezuela y Colombia es a través del diálogo", lo que dejará sin sentido los "argumentos de que unos son los buenos y otros son los malos, que unos son una aberración histórica y los otros son unos héroes latinoamericanos", opinó el líder opositor.

También el presidente de la Federación de Centros Universitarios venezolana, Roderick Navarro, dijo que en Venezuela hay "muchos problemas con los servicios públicos, como el agua y la electricidad" y que la tensión actual "es una maniobra para escaparse de su responsabilidad en vez de asumirla".

"Cortina de humo" o "estrategia de distracción" eran algunas de las sentencias que suscitaron en Venezuela las palabras que pronunció Chávez el domingo al llamar a militares y civiles a estar listos "para la guerra" ante la posibilidad de una agresión que, en su opinión, estaría gestando Washington.

El presidente venezolano, que ya en anteriores ocasiones denunció supuestos planes desestabilizadores de EE.UU. contra su país, ordenó ayer a la Fuerza Armada Bolivariana "prepararse para la guerra como la mejor forma para evitarla".

Chávez advirtió a Colombia y a EE.UU. que los venezolanos están "dispuestos a todo" para hacer frente al presunto plan bélico que, según él, se desprende del tratado que permite a soldados estadounidenses usar bases militares colombianas.

En declaraciones hoy a la emisora Unión Radio, el ex vicepresidente venezolano José Vicente Rangel, considerado un hombre próximo a Chávez, matizó: lo que el gobernante dijo es "lo que todos pensamos, que para evitar la guerra hay que estar preparado, simplemente eso".

"Queremos prevenir el conflicto, y queremos alertar a la población y a la Fuerza Armada como es lógico", manifestó Rangel, quien calificó de "delicada" la situación con Colombia, según la entrevista recogida por la emisora.

El que fue vicepresidente de Chávez hasta enero de 2007 dijo que "la sola posibilidad de un conflicto armado entre los dos países" le da "grima", pero eso no depende de Venezuela "sino del Pentágono, del Comando Sur y del satélite colombiano", en referencia al acuerdo sobre las bases.

En medio de la oleada de reacciones críticas a las palabras de Chávez, más allá incluso de las fronteras del país, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) llamó por su parte "a vencer al imperialismo no solamente en lo ideológico y político, sino también en lo económico y, de ser necesario, en lo militar".

El partido creado por el presidente Chávez cerró filas en torno a la cuestión y se declaró dispuesto a "acompañar" a su líder y a la fuerza armada en caso de conflicto bélico, si bien destacó la esperanza de que no se tenga que llegar a ello.

El permanente desencuentro entre Venezuela y Colombia, cuyas relaciones hace año y medio llegaron al borde del colapso antes de una alentadora reconciliación, generó nuevas alarmas en los últimos meses debido a la tensión derivada del convenio militar colombo-estadounidense.

El pacto, que prevé el uso de siete bases colombianas por las fuerzas de EE.UU. y que es considerado por Chávez como una "amenaza" para la "revolución bolivariana", llevó al presidente venezolano a ordenar el pasado agosto "congelar" los lazos bilaterales, lo que ha supuesto el colapso del comercio bilateral.

La falta de cooperación entre ambos Gobiernos ha creado asimismo una situación grave de inseguridad en la extensa frontera común de más de 2.200 kilómetros.

La tensión en la zona, alimentada en las últimas semanas por incidentes y asesinatos, ha generado más controversia entre las autoridades de los dos países vecinos, y también en dos de los estados venezolanos fronterizos, el Táchira y el Zulia, ambos gobernados actualmente por dirigentes contrarios a Chávez.