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"No hubo golpe de Estado en Honduras"

Republicanos lo niegan  y condenan postura de la OEA.

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Los congresistas republicanos Mario Díaz-Balart y Mike Pence, y el ex secretario adjunto de EE.UU. para Latinoamérica Roger Noriega negaron hoy que en Honduras haya habido un golpe militar y condenaron la postura de la OEA al respecto.

Los tres republicanos opinaron sobre la situación en el país centroamericano en una conferencia titulada "Democracia en las Américas: retos y oportunidades para los líderes del mañana", organizada por el Instituto de Liderazgo Hispano del Congreso (CHLI).

"En Honduras no hubo un golpe militar en ningún sentido del término", afirmó Pence en su intervención.

"Los hondureños advirtieron una amenaza creciente para su democracia y actuaron para defenderla y para preservar la ley", agregó.

Pence, Díaz-Balart y Noriega coincidieron en que los militares del país respetaron "en todo momento" la forma de proceder marcada por la Constitución de su país "en los casos de abuso de la democracia", con una sola excepción: la decisión de deportar a Manuel Zelaya, depuesto el 28 de junio y reemplazado después por Roberto Micheletti.

"Zelaya quería perpetuarse en el poder de forma ilegal. El Tribunal Supremo lo reconoció, el Congreso lo reconoció. Los militares solo siguieron sus órdenes. El único momento en que se saltaron la ley fue cuando le expulsaron del país. Deberían haberle encarcelado", dijo Noriega.

Para Díaz-Balart, la presunta existencia de "violaciones de la Constitución" bajo el régimen de Zelaya y las fuentes que según él le relacionan con tramas de narcotráfico terminan de justificar la actuación de los militares del país.

"Zelaya debe volver para ser juzgado, no para ocupar la Presidencia", sentenció Díaz-Balart.

Noriega, que entre 2001 y 2003 fue embajador de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA), encabezó los discursos de condena a la postura adoptada por el organismo, que concedió un ultimátum al nuevo régimen para la restitución de Zelaya en el poder y suspendió al país del organismo como represalia.

Según Noriega, el respaldo de la OEA al depuesto presidente hondureño es una muestra más de su "patrón de acercamiento a los países del continente que menos valoran la democracia", que apoyaron el golpe "porque, en su día, Hugo Chávez actuó como Zelaya".

Del mismo modo, Pence expresó su desconfianza en "una organización que expulsa a un país democrático como Honduras por la puerta trasera al tiempo que invita a Fidel Castro a entrar por la delantera".

El congresista se mostró igualmente "decepcionado" por la postura de respaldo a Zelaya adoptada por el presidente de EE.UU., Barack Obama, en la primera semana de la crisis, e instó a su administración a retractarse mediante "el restablecimiento de nuestro apoyo financiero a Honduras y el reconocimiento de sus diplomáticos en Washington".

"El presidente debe responder además a una petición del Congreso sobre la justificación legal de las acciones de su administración, una vez aclarado que no hubo ningún golpe militar", añadió Pence.

Los tres ponentes hablaron también de la "necesidad de alejarse de regímenes populistas como los de Venezuela o Ecuador" y acercarse en cambio "a los verdaderos aliados de Estados Unidos en la región".

Para Díaz-Balart, esto significa aprobar los tratados de libre comercio con Panamá y Colombia, y profundizar, en el caso de este último país, en el desarrollo del Plan Colombia para la lucha contra el narcotráfico.