El líder de la mayoría demócrata del
Senado, Harry Reid, prometió hoy a grupos hispanos que hará "lo
mejor posible" para que el Congreso apruebe este mismo año una
reforma migratoria integral "y no en retazos".

"No abordaré el asunto de inmigración en retazos, tiene que ser
una reforma migratoria integral... la quiero este año, si es
posible", afirmó Reid en rueda de prensa, tras una reunión con
representantes de las principales organizaciones hispanas de Estados
Unidos.

Según Reid, el Congreso de Estados Unidos tiene que abordar este
año tres tareas ineludibles: la reforma de salud, la reforma
energética y el combate al calentamiento global, y la reforma
migratoria.

Rodeado de los líderes hispanos, Reid dijo que en la reunión
privada discutieron asuntos como la reforma migratoria integral y
una estrategia para lograr la confirmación de la juez neoyorquina
Sonia Sotomayor a un cargo vitalicio en el Tribunal Supremo.

"Les di un bosquejo de lo que creo que necesitamos hacer en torno
a la inmigración, pero tiene que ser exhaustiva", precisó el senador
demócrata de Nevada.

Reid reiteró su postura, que coincide con la de la Casa Blanca,
de que cualquier proyecto de reforma integral debe incluir la
seguridad fronteriza; un programa de trabajadores huéspedes que vaya
más allá del sector agrícola; y una vía para la legalización de los
alrededor de 12 millones de inmigrantes indocumentados.

El líder demócrata enfatizó que quienes se beneficien de esa
eventual reforma tienen que cumplir una serie de requisitos, como
aprender el inglés, no tener antecedentes criminales, pagar
impuestos, y aguardar su turno para la legalización "al final de la
cola".

Es decir, tal como se pretendió con la fallida reforma migratoria
de 2007, los inmigrantes indocumentados no recibirían trato
preferencial a la hora de solicitar la residencia permanente.

La idea de la reforma, explicó Reid, es que los inmigrantes
clandestinos salgan de la sombra, "no estén sujeto a arrestos y sean
más productivos de lo que son hoy".

La reunión de Reid con los líderes de organizaciones como el
Consejo Nacional de La Raza (NCLR), el Fondo Mexicoamericano para la
Defensa Legal y la Educación (MALDEF) y la Asociación de Abogados
Hispanos se produjo en paralelo a una cumbre de activistas
pro-inmigrantes a favor de una reforma migratoria.

El martes, los activistas lanzaron la campaña nacional "Reforma
Migratoria Pro América" para presionar al Congreso a que apruebe la
reforma del sistema de inmigración.

La campaña busca sumar recursos de la comunidad hispana en todo
el país para lograr una reforma migratoria "integral, justa y
humana".

Para lograrla, necesitarán el "sí" de al menos 279 votos en ambas
cámaras del Congreso de EEUU: 218 en la Cámara de Representantes, y
60 en el Senado.

Presionados por grupos conservadores y anti-inmigrantes, muchos
republicanos mantienen una férrea oposición a una reforma
migratoria, por considerar que no se puede premiar a quienes han
cruzado ilegalmente la frontera hacia EEUU.

Los demócratas tienen el control de ambas cámaras del Legislativo
estadounidense pero en el Senado, incluyendo a dos senadores
independientes que suelen respaldar sus proyectos, cuentan con 59
escaños del total de 100, uno menos del que se requiere para impedir
cualquier táctica dilatoria de la minoría republicana.

La Casa Blanca dijo el miércoles que, por "conflicto de horario",
ha postergado al próximo 17 de junio una reunión que el presidente
Barack Obama tenía prevista con líderes del Congreso para el próximo
lunes.

La reunión tiene el objetivo de discutir un punto de partida para
echar a andar el debate sobre la reforma migratoria este año.