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Hispanos, con depresión y sin tratamiento

Hispanos, con depresión y sin tratamiento

Esta enfermedad es común entre  adolescentes, según revista médica.

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"En el caso de los adolescentes, las decisiones sobre
tratamientos involucran mucho a otras personas, especialmente los
padres y las madres", indicó Lisa Meredith, una investigadora del
instituto RAND que dirigió el estudio.

"Por ejemplo, a menudo los adolescentes dependen de los adultos
para el transporte", añadió. "Los médicos necesitan ocuparse no sólo
de lo que piensa el adolescente sino de lo que piensan sus
familiares".

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades
(CDC) la depresión afecta a entre el 10 y el 20 por ciento de los
adolescentes en general y los jóvenes hispanos experimentan más
depresión que los jóvenes blancos, no latinos, ya que entre el 15 y
25 por ciento de este grupo la padece.

La depresión en la adolescencia es un problema grave, que puede
conducir a otros trastornos de conducta en la escuela y el hogar, al
uso y abuso de drogas, los embarazos no deseados, la violencia y el
suicidio.

El suicidio es, en Estados Unidos, la tercera causa de muerte de
personas entre los 15 y 24 años de edad, y es la sexta causa de
muerte entre niños de 5 a 14 años de edad.

Las autoridades médicas consideran que una depresión que dure más
de dos semanas en un adolescente no es normal y debería atenderse
con cuidado profesional. Sin embargo, de acuerdo con los CDC, casi
el 80 por ciento de los adolescentes deprimidos no recibe
tratamiento.

La habilidad de los médicos para ocuparse de todas las barreras
que pueda encontrar un joven "afecta la capacidad del adolescente
para reconocer su propia depresión y para hacer algo acerca de
ella", añadió Meredith.

Para su estudio, el equipo encabezado por Meredith enroló a 368
pacientes adolescentes con historiales diversos que recibían
asistencia en siete consultorios de atención pública o privada.

La mitad de esos jóvenes tenía un diagnóstico de depresión, y por
cada adolescente participante, también asistió el padre o la madre,
o una persona con custodia.

Las respuestas que dieron los jóvenes a las preguntas acerca de
las barreras para un tratamiento de su depresión incluyeron su
preocupación por el estigma entre sus amigos, y las reacciones de
sus familiares.

A su vez los adolescentes a quienes ya se les había diagnosticado
con depresión mostraron una menor percepción de las barreras para el
cuidado que los jóvenes sin depresión.

"Los adolescentes tienden a seguir adelante sin diagnóstico y sin
tratamiento", dijo Deborah Amdur, una psiquiatra de Advanced
Pychiatric Group, en Orlando (Florida). "No quieren aparecer
anormales. Quieren encajar en su grupo. Pero cuando niegan los
problemas, a menudo actúan de forma que puedan adaptarse a su grupo,
por ejemplo beben mucho y adoptan comportamientos de riesgo".

Este estudio, indicó Amdur, ayuda porque muestra a los médicos de
cuidado general cuáles son los ingredientes que rodean la depresión
adolescente, y puede ayudarles a que vean cómo pueden encarar a los
jóvenes para que estos reciban el tratamiento que necesitan.

"Y no se trata de un solo paso, de hablar con el adolescente",
añadió. "También deben coordinar el tratamiento con la familia".