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Los tres enemigos de la democracia latinoamericana

Narcotráfico, nacionalismo y populismo amenazan a los países latinoamericanos.

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El escritor peruano Mario Vargas Llosa.

 

La democracia en los países latinoamericanos
tiene tres grandes enemigos, el narcotráfico, el nacionalismo y el
populismo, coincidieron el martes en señalar tres destacados
intelectuales: el peruano Mario Vargas Llosa, el chileno Jorge
Edwards y el mexicano Enrique Krauze.

Invitados por el diario limeño El Comercio para celebrar sus 170
años de vida con un debate acerca de "La Democracia en América
Latina", los tres ofrecieron sus reflexiones sobre el momento actual
de la política continental y cosecharon cálidos aplausos, aunque se
echó en falta un punto de discrepancia entre ellos.

Llevó la voz cantante Mario Vargas Llosa, quien reconoció que, a
excepción de Cuba, "una dictadura tradicional", el resto del
continente goza de sistemas democráticos, pero advirtió del peligro
del deterioro de la democracia en países como Venezuela, Bolivia e
incluso Nicaragua.

Allí, a su juicio los Gobiernos van restringiendo las libertades
y deteriorando desde dentro las instituciones con la anuencia de los
propios electores, que refrendan una y otra vez las propuestas de
sus gobernantes en nombre de una supuesta "democracia popular".

Pese a que confesó sentir "admiración" por el presidente de
Colombia, Álvaro Uribe, Vargas Llosa advirtió contra las tentaciones
de este último de cambiar las reglas de juego valiéndose de su
popularidad para encaminarse a un tercer mandato, desvirtuando así
la esencia de la democracia, que es la alternancia.

El mexicano Krauze, que no pudo viajar a Lima por las
restricciones aéreas que sufre su país debido a la gripe A, enfatizó
en una videoconferencia la importancia del problema del
narcotráfico.

Por ello, pidió a Estados Unidos un mayor esfuerzo en sus
estamentos intelectuales y empresariales para hacer frente junto con
todo el continente a una de las mayores amenazas comunes.

Krauze también quiso aportar una reflexión sobre la estabilidad
de las dictaduras y las democracias.

Según él, Chile es donde con más firmeza se han asentado las
instituciones democráticas por ser también el país con una tradición
republicana más larga a lo largo del siglo XIX, algo que comparte en
menor medida México.

Por su parte, Edwards se lamentó de que los países
latinoamericanos sigan minados por una de las peores lacras de lo
que consideró parte del legado hispánico: la tendencia a la división
y la manía de la confrontación.

El chileno abogó por una cultura en la que se honre a los héroes
civiles (intelectuales o políticos) en lugar de a los de guerra, que
es lo que tradicionalmente se hace en Latinoamérica.

Del mismo modo, se lamentó de que los países de herencia hispana
dediquen tanto dinero a los gastos militares y dijo que si solamente
Perú, Chile y Bolivia consiguieran establecer unas relaciones
fraternales, el rumbo de toda Suramérica sería diferente y sin duda
más próspero.

A modo de conclusión, Vargas Llosa animó a los jóvenes de los
países americanos a entender la grandeza de la democracia: que es un
sistema perfectible y corregible, siempre por la vía pacífica, y eso
la hace superior a cualquier dictadura, que es el mal absoluto.