Dayron Robles, ganador del oro olímpico en los 110 metros vallas de los Juegos de Pekín, afirmó que ahora se siente el número uno de su disciplina.

"Ahora me siento como el número uno, porque tengo el récord mundial y soy campeón olímpico", aseguró el cubano.

"Pero tengo rivales muy grandes que van a estar acechando el primer lugar, como los estadounidenses que siempre van a estar ahí y el chino (Liu Xiang) que es tan grande como China en el deporte", aseguró.

Para Robles, el oro olímpico es "la conclusión del trabajo", y quiso dedicárselo "al comandante (Fidel Castro) y al pueblo de Guantánamo", aunque no se olvidó de su familia, en especial de su madre de la que dijo que es su "principal inspiración".

El cubano afirmó que no salió a batir el récord olímpico y que su única preocupación era ganar la carrera. "Sólo quería asegurar mi carrera, porque son vallas, no plano, cualquier cosa podía suceder. Se han visto casos de gente que va con tremenda velocidad y se ha caído en la última valla. Mi idea fue sólo llegar a la meta no intenté nunca hacer el récord olímpico", dijo.

Su marca de 12.93 la hizo, afirmó, "sin ir a buscarla, tranquilo".

Tampoco le molestó demasiado la lluvia porque le gusta el clima europeo, "con un poco de viento y frío".

El cubano afirmó que estuvo relajado durante todos los Juegos Olímpicos.

Para Robles es precipitado hablar de un duelo con el chino Xiang en los Juegos de Londres.

"No se sabe, faltan cuatro años, Xiang se preparó cuatro años y faltando dos días una lesión le apartó de los Juegos. Nadie sabe lo que pasará en cuatro años", afirmó el cubano en referencia a la retirada del chino, héroe local, el pasado lunes, justo antes de iniciar la primera serie de los 110 metros vallas, lo que causó una gran conmoción en el país.

Robles aseguró que la medalla de oro "la necesitaba" para tapar algunas bocas, aunque no quiso arreglar cuentas. "Mejor me lo guardo", comentó.