La apendicitis es un problema relativamente común. ¿Quién no conoce a alguien que haya sido operado de apendicitis? Sin embargo, a pesar de que la gastroenteritis afecta a multitud de personas cada año, la mayoría de las personas no saben reconocer sus síntomas. Un hecho que puede resultar peligroso, ya que puede derivar en complicaciones.

El apéndice es un órgano de nuestro cuerpo. Se encuentra situado en la parte inferior derecha del abdomen y hasta ahora no se le ha reconocido ninguna función. Cuando sufrimos de apendicitis, lo que está ocurriendo en nuestro organismo es que el apéndice ha sufrido un bloqueo. Esta situación genera una importante presión en la zona, generando una fuerte inflamación. Es el momento de tratar la apendicitis. En la mayoría de los casos, cuando se atiende un caso de apendicitis se termina extirpando el órgano. Sin embargo, si no se actúa rápidamente, la inflamación puede hacer que el apéndice se rompa, generando una peritonitis. Esta condición es mucho más grave ya que hace que la infección se extienda por el abdomen.

Los síntomas

El miedo a sufrir apendicitis hace que, ante cualquier dolor de abdomen de causa desconocida, pensemos que estamos ante un problema de este tipo. Sin embargo, existen otros síntomas que nos pueden ayudar a reconocer una apendicitis. Estos son, por ejemplo, la falta de apetito. Esta va seguida de un dolor en la zona del ombligo que se desplaza poco a poco hacia la zona baja derecha del abdomen. Pasadas unas horas, el dolor sube en intensidad, imposibilitando que la persona afectada ande. El abdomen se hincha y pueden aparecer náuseas y vómitos.

Cuando se trata de una apendicitis aguda, la persona afectada no será capaz ni de saltar ni de toser, ya que el dolor incrementa, lo que imposibilita realizar la acción.

Qué hacer

Es importante que la apendicitis sea tratada cuanto antes, ya que se debe evitar la posibilidad que se genere una peritonitis. Por ello,el paciente debe ser trasladado a un hospital cuanto antes.