La semana pasada, América Latina perdió a un referente del activismo político y la lucha por los derechos de las mujeres y los negros. Marielle Franco, negra, gay y madre soltera nacida en la favela de Maré, en Rio de Janeiro, fue asesinada junto a su chófer mientras circulaban por el centro de su ciudad, donde ocupaba el puesto de concejala desde 2016. Tenía 38 años y un montón de proyectos y causas por las que todavía quería luchar.

“Ser una mujer negra es resistir y sobrevivir todo el tiempo”, dijo Franco un año y medio antes de ser elegida concejala de Rio de Janeiro, cargo que ocupaba desde finales de 2016. En el momento en que su auto fue atacado – nueve balazos – regresaba de un evento titulado “Jóvenes mujeres negras que estan cambiando las estructuras de poder”.

En un país como Brasil, donde ahonda el racismo, el machismo y la desigualdad social, Franco alzó la voz por la gente pobre, la comunidad LGBTQ, los negros y las mujeres. Su elección para el cargo de concejala fue especialmente significativo, pues ocurrió pocos meses después de que el presidente Michel Temer ganara las elecciones y formase un gabinete de gobierno compuesto solamente por hombres blancos.

“Franco fue extaoridnaria. Una política popular, carismática y sin miedo, con integridad, trabajando en un país dominado por hombres, donde más de la mitad de la población es negra, o mestiza o mujer”, escribe la periodista Chitra Ramaswamy en The Guardian.

En las siguientes 42 horas a su asesinato – el pasado 14 de marzo - Franco se convirtió en un trendic topic mundial en internet, con más de 3.6 millones de tweets de 400,000 usuarios en 54 países y en 34 idiomas, más que el juicio político de la presidenta Dilma Rousseff.

Os ataques caluniosos à Marielle Franco são simplesmente inadmissíveis. Uma coisa é debater sobre posicionamentos políticos. Outra é caluniar, repercutir mentiras e desrespeitar a sua memória e o luto de seus familiares e amigos.

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— Marielle Franco (@mariellefranco) 19 de marzo de 2018

Marielle Franco dedicó su vida y carrera política a la defensa de los derechos humanos. Su infancia y juventud en la favela de Maré, una de las favelas más peligrosas y pobres de Río de Janeiro, fueron su mejor escuela de vida, aunque se libró de la marginación gracias a un curso gratuito de preparación para la universidad que le permitió matricularse en una de las universidades de élite de Brasil, la Universidad Católica de Río de Janeiro. Allí estudió Sociología y decidió dedicarse al trabajo por los derechos humanos cuando una de sus mejores amigas murió a causa de una bala perdida durante un tiroteo entre narcotraficantes y policías en la favela de Maré, reportó Quartz.

Después de 10 años trabajando en la comisión de derechos humanos de Río, Franco se presentó para el puesto de concejala de Rio de Janeiro en representación del Partido Socialismo y Libertad (PSOL). Gracias a su campaña, centrada en 19 propuestas legislativas para ayudar a mujeres, afrobrasileños y pobres, logró convertirse en la única concejala negra de la ciudad. Desde que asumió el puesto, en 2016, consiguió que dos de sus propuestas se conviertieran en leyes. Su éxito como figura pública era visto como un logro por parte de las clases excluyentes brasileñas.

Todavía se desconocen las causas de su muerte. Las investigaciones  apuntan a sus recientes denuncias contra  la policía de Rio de Janeiro, a quién acusaba de continuados actos de brutalidad policial en las favelas.