En la tarde de este miércoles se aprobó en Texas una ley conocida como la ley del ‘latido del corazón' y prohíbe que se practiquen abortos si se pueden detectar el latido en el feto, lo que ocurre hacia las seis semanas de gestación. Se prohíbe la interrupción voluntaria del embarazo pasado ese tiempo, excepto en situaciones de emergencia médica. La norma no incluye excepciones para casos de violación o incesto.

 

Esta nueva restricción fue promulgada por el gobernador republicano Greg Abbott y a partir de la fecha imposibilita de facto los abortos luego del tiempo establecido. 

 

“Una prohibición del aborto a las seis semanas es como una prohibición total del aborto, porque muchas personas ni saben que están embarazadas tan pronto”, menciono Nancy Cárdenas Peña, directora en Texas del Instituto Nacional de Latinas por la Justicia Reproductiva a EFE. 

 

La Corte Suprema de Texas, que en su mayoría es conservadora, no actuó a tiempo ante el requerimiento de clínicas abortistas y activistas del derecho del aborto para que se bloqueara la entrada en vigor de la norma.

 

Las clínicas abortistas del estado enviaron un escrito a la Corte en el que mencionaban que la ley “reducirá de forma inmediata y catastrófica el acceso al aborto en Texas”. Según sus estimaciones, entre el 85 y el 90% de las mujeres que se someten a un aborto en el estado están en un tiempo de gestación superior a las seis semanas. 

 

De acuerdo a este escrito, la promulgación de la ley “forzará a muchas clínicas a cerrar y a muchas mujeres a viajar a otros estados si desean interrumpir su embarazo”.

 

El presidente Joe Biden dijo que “esta ley extrema de Texas es una violación grosera del derecho constitucional establecido por ‘Roe V. Wade’” y aseguró que su Administración “protegerá y defenderá ese derecho”.

Aparte de Texas, otros estados que también manejan la Ley del 'latido del corazón’ son Mississippi, Alabama, Dakota del Sur y Dakota del Norte.

 

Lo que distingue a la ley de Texas es la manera inusual de aplicarla, pues en vez de dejar esa tarea a las autoridades, cualquier ciudadano puede demandar a cualquier individuo o entidad que practique abortos, incluso a la persona que lleve a una mujer a la clínica. Según la ley, quien presenta ese tipo de demanda y gane recibiría por lo menos $10.000.

 

Varias ONG de defensa del derecho a abortar han anunciado que apelarán la nueva ley texana ante la Corte Suprema para suspender su ejecución.