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Mapa de la Universidad Johns Hopkins de la propagación del coronavirus. Screenshot.
Mapa de la Universidad Johns Hopkins de la propagación del coronavirus. Screenshot.

OMS declara estado de Emergencia Global, ¿está América Latina preparada para afrontar el coronavirus?

Ante el creciente número global de contagios confirmados y la imposibilidad de contener completamente el avance del virus, surge la pregunta inevitable: …

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La epidemia de coronavirus es una clara causa de preocupación a lo largo y ancho del planeta. Pese a que pertenece a una familia de virus bastante amplia (que va desde la gripe común hasta el nuevo 2019-nCoV chino) y a que hay numerosos ejemplos de virus que se pueden transmitir de animales a humanos, es poco común que luego el virus logre mutar para transmitirse de humano a humano.

Esta ha sido, justamente, la principal causa de preocupación: que este de transmita entre humanos. Tras varios casos reportados de transmisión entre personas (entre ellos, en Estados Unidos), la Organización Mundial de la Salud ha declarado el Estado de Emergencia Global.

Según el último reporte diario de la Organización Mundial de la Salud (30 de enero), a la fecha se registran 7,818 casos confirmados de contagio a nivel global, de los cuales 7,736 son en China, donde 1,370 personas se encuentran severamente enfermas y 170 han muerto. También sospechan de 12,167 casos más aún no confirmados. Por fuera de China, hay 82 casos confirmados en 18 países.

La epidemia actual de coronavirus hace recordar otras dos: la de SARS en 2002 (también originada en China, en la provincia de Cantón) y la de MERS en 2012 (que tuvo su origen en Arabia Saudita). Ambas son formas de coronavirus que conducen a síndromes respiratorios graves y se han caracterizado por una rápida transmisión y alta mortandad. El SARS, al igual que el 2019-nCoV, fue un virus originado en animales (puede que en ambos casos haya sido en murciélagos) que luego se transmitieron a humanos.

Sin embargo, desde el SARS en 2002, muchas cosas han cambiado para bien.

La OMS ha alabado las medidas tomadas por Chinas para contener el brote. Desde el 2002, China ha fortalecido su sistema de salud, contrario a lo que sucedió en ese momento, China rápidamente hizo de público conocimiento la existencia del virus, científicos chinos identificaron su secuencia genética y la publicaron en cuestión de días, lo que permitió que grupos de científicos en todo el mundo trabajaran colaborativamente en el desarrollo de una vacuna, un protocolo de diagnóstico, mecanismos de colaboración entre laboratorios de referencia y varias estrategias más para entender la propagación de la enfermedad.

La Universidad Johns Hopkins, por ejemplo, desarrolló una herramienta de mapeo en tiempo real de la dispersión del coronavirus.

En adición, el gobierno chino ha tomado medidas sin precedentes para contener la enfermedad, poniendo en cuarentena más de 30 millones de personas; una medida que, como menciona el New York Times, ningún político estadounidense habría sido capaz de tomar. Y la construcción en tiempo record de un hospital para el tratamiento de los infectados.

A nivel global, el endurecimiento de las medias sanitarias ha sido notable, en algunos casos cerrando fronteras, al menos parcialmente.

América Latina

Foreign tourists walk in the arrivals area at Beijing Capital Airport on January 30, 2020 in Beijing, China. (Photo by Kevin Frayer/Getty Images)

En medio de este contexto, América Latina tiene algunas características que actúan como factores protectores. La primera, más evidente, es la distancia: no sólo nos separa una enorme distancia geográfica, sino que los vuelos directos entre China y América Latina son muy poco comunes.

México tenía un vuelo directo pasando por Tijuana, que ha sido cancelado.

Esto significa necesariamente que quienes lleguen a América Latina luego de haber estado en China tendrán que pasar por controles en otros aeropuertos internacionales.

Las personas que se detecte que tienen síntomas similares a los del coronavirus, como fiebre, por ejemplo, seguramente serán puestos en cuarentena.

Aún así, como ha declarado el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud mexicano, Hugo López-Gatell Ramírez, es muy difícil contener la enfermedad (por su propia característica de epidemia), con lo cual es altamente probable que tarde o temprano llegue.

Sin embargo, es importante tener en cuenta los sientes factores: uno, el 2019-nCoV parece ser menos transmisible y ser menos letal y dos, los laboratorios latinoamericanos tienen la capacidad para detectarlo.

Mientras el actual brote de coronavirus ha tenido una tasa de mortandad entre el 2 y el 4%, la de sus primos era mucho mayor: entre el 15 y el 20% para el SARS y un 65% para el MERS.

Con relación a la capacidad de América Latina para detectar el contagio oportunamente, las autoridades se han mostrado confiadas: Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de Salud de la Organización Panamericana de la Salud declaró a CNN en Español que la mayoría de los países latinoamericanos cuentan con laboratorios suficientemente dotados.

"Son tecnologías de rutina en cualquier laboratorio de diagnóstico de bacterias o de virus", aclaró a DW  Isabel Sola, la codirectora del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología en España.

En varios países latinoamericanos, como Brasil, Ecuador México, Colombia y Perú, se han hecho análisis a viajeros que se sospechaba podrían estar infectados, mas hasta ahora no ha habido ningún caso confirmado.

Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, Nicaragua y Uruguay han tomado medidas para endurecer sus controles sanitarios y de seguridad.

Mientras la Organización Mundial de la Salud tardó varios días en decretar el Estado de Emergencia Global pues los países en que, hasta ahora, se han presentado casos declarados tienen un desarrollo económico y tecnológico suficiente para hacerle frente, ahora se concentra en fortalecer las medias de seguridad y capacidad de respuesta de los países menos desarrollados y, por tanto, más vulnerables. Una parte importante de este esfuerzo se está concentrando en África.