Cinco consejos prácticos para cuidar tus articulaciones
Actividades diarias que pueden ayudarte a protegerlas y reducir su inflamación.
Diariamente sometemos a nuestras articulaciones a un intenso trabajo. Son las que soportan nuestro peso para trasladarnos de un lugar a otro, las que nos ayudan a trabajar, nos preparan la comida… Las articulaciones son las zonas en las que se unen dos o más huesos. Cadera, rodillas, codos, hombros, etc.
Las articulaciones pueden dañarse por diferentes motivos. Entre ellos destaca la práctica de deportes pero también la obesidad, ya que se impone mucha presión sobre las mismas. Protegerlas de posibles daños y cuidarlas para que no sufran está en nuestra mano. Siguiendo unos sencillos consejos prácticos podremos cuidarlas de manera activa.
Cuida tu alimentación
Los expertos recuerdan que, igual que hay alimentos que contribuyen a reducir el molesto dolor de articulaciones, hay algunos cuyo consumo resulta contraproducente. Entre ellos encontramos las verduras solanáceas, como son la berenjena, la patata, el tomate o el pimiento. En el caso de los alimentos recomendados, en esta lista destacan las naranjas, el aceite de oliva, el brócoli, el jengibre y la cúrcuma y las frutas del bosque. La forma más natural de cuidarse sería incrementar la ingesta de estos alimentos y su presencia en tu dieta. Sin embargo, también encontrarás diferentes complejos vitamínicos en la farmacia que contienen las propiedades de estos alimentos. Para más información, consulta con tu médico.
Un cojín para dormir
Cuando las rodillas duelen intensamente es complicado dormir. La persona afectada siente que estas se clavan y le dificultan el sueño. En la farmacia encontrarás una serie de remedios para solucionar este problema. El más popular es un cojín ortopédico que se sitúa entre ambas rodillas y permite mejorar la calidad del descanso.
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Zapatos menos pesados
Parece obvio pero cuando más pesen tus zapatos, más trabajarán tus articulaciones. Párate a pensar en el peso de los zapatos que más te pones. ¿Puedes reemplazarlos por otros más ligeros? Estarás ayudando de tus articulaciones y conservando su correcto funcionamiento por más tiempo.
Frío y calor
Aprende a conocer tu cuerpo. Si te duele alguna articulación, pon las manos sobre ella para captar su temperatura. Intenta contrarrestar la temperatura de la zona aplicando frío o calor sobre la zona afectada. Este simple gesto ayudará a tu cuerpo a reducir la inflamación. Recuerda que el caso del hielo, este no se debe aplicar directamente sobre la piel. Envuélvelo en un paño y aplica con cuidado.
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